"Al escuchar un diagnóstico de cáncer de mama automáticamente lo traduje en muerte se me vino el mundo encima, pensaba en cuántas cosas iba a dejar, en mi hija, mi nieto tan chiquito, ya no lo iba a poder ver crecer" fueron las palabras de María, quién prefirió omitir mas datos personales, una mujer quién aún se encuentra vulnerable, tras haber librado hace unos meses, la batalla contra el mal que hoy en día aqueja a miles de mujeres a lo largo de todo el mundo, el cáncer de mama .

Una tarde de julio del año pasado una extraña llamada puso a temblar a María, era del Seguro Social, para pedirle que pasara al área de trabajo social por los resultados de una mastografía de rutina que se había hecho unos meses atrás. Inmediatamente supo que algo no estaba bien, los mismos estudios de rutina se los habían hecho años atrás y jamás le solicitaron que pasará personalmente por los resultados.

El diagnóstico preliminar era Bi-Rads 4, una clasificación en radiología que indicaba sospechas de cambios en uno de sus senos. El diagnóstico fue completado por otros especialistas cómo microcalcificaciones, por lo que fue necesario hacerle una primera intervención quirúrgica para obtener una muestra de tejido.

"Había muchas cosas en contra para que a mí me hicieran una biopsia por el tema de la anestesia, ya que padezco además otras enfermedades, en los pulmones y en la presión, entonces yo tenía muchísimo miedo a pesar de que era una cirugía ambulatoria"

Los resultados de la biopsia fueron negativos para María el diagnóstico era cáncer de mama en estado inicial, sin embargo debido a sus otros padecimientos, indicarle tratamiento tomado y completarlo con quimioterapia o radioterapia no era una opción para el equipo médico que la atendió, ya que esto podría complicar su salud a mediano plazo, por ello la única opción fue practicarle una mastectomía radical.

"Fue para mí un impacto muy grande porque yo no estaba preparada para eso, por una parte me alegré cuando me dijeron que el cáncer estaba iniciando, por lo que pensé que podría combatirlo con medicamentos o tratamientos sin necesidad de perder mi seno, Así que a partir de que me dieron el diagnóstico hasta que tomé la decisión de hacerme la cirugía pasaron más de 6 meses"

Aunque la mastectomia fue una solución drástica y contribuyó a eliminar los indicios de esta enfermedad de tajo, dejó una cicatriz no solo física sino emocional en María, un daño psicológico y un cambio en su cuerpo difícil de asimilar.

"La primera vez que me vi, fue en la regadera del hospital, fue una sensación horrible porque a pesar de que sabía de que se trataba la cirugía no alcanzaba a medir la proporción del daño que me dejaron, me sentí mutilada, una parte de mi ya no estaba y no pude evitar ponerme a llorar a gritos, de eso han pasado seis meses y hasta la fecha no creo haberlo superado, es muy difícil verme al espejo, ver como me queda la ropa, y también es difícil contarlo, porque la gente juzga, siempre juzgan sin saber lo que uno esta sintiendo" 

Relata que hay incluso frases que las personas que pasan por alguna enfermedad escuchan constantemente, frívolas, casi por protocolo y que lejos de manifestar apoyo expresan ironía.

"Muchas personas al saber de la enfermedad me dicen, échale ganas, así es esto, como si uno hubiera elegido estar en esta situación.

maria.hernandez@clabsa.com.mx
gpl

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