Emirates Airline inicia hoy operaciones en el país, con la ruta Dubái-Barcelona-Ciudad de México.

Su llegada estuvo en duda luego de que Aeroméxico interpusiera varios amparos para intentar detener la autorización del vuelo, pero el pasado 6 de noviembre la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) finalmente autorizó la ruta.

Emirates es la aerolínea más grande del mundo, con una flota de 270 aviones y operaciones en 155 aeropuertos de 83 países.

Es originaria de Dubái, en Emiratos Árabes Unidos, y es acusada de recibir subsidios por parte del gobierno de ese país, comprar turbosina con un precio subsidiado, pagar menos por servicios aeroportuarios, además de no permitirle a sus trabajadores formar un sindicato.

Emirates asegura que es financieramente transparente y no recibe asistencia de su gobierno, lo que queda asentado en sus reportes, que a su vez son auditados por PricewaterhouseCoopers.

Pablo Casas Lías, director del Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico Aeronáuticas, considera que la llegada de la aerolínea árabe es positiva porque genera conectividad, atrae pasajeros internacionales y la entrada de divisas al país.

“Siempre que una nueva aerolínea llega a un país genera ingresos por turismo y competencia. Los usuarios podrán acceder a aviones de última generación con costos razonables. Y se deja atrás ese aspecto monopólico que hemos vivido para proteger a la aerolínea bandera que es Aeroméxico”, comentó.

Advierten riesgos

Aeroméxico y la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) aseguran que la operación de Emirates pone en riesgo las fuentes de trabajo en la industria aérea nacional.

Aeroméxico canceló la ruta Ciudad de México-Shangai para reforzar la ruta México-Barcelona, ya que ahora enfrenta la competencia directa de Emirates.

Con la cancelación del vuelo de la firma mexicana a Shangai se perdieron 40 empleos directos y 140 indirectos relacionados con la operación del vuelo, de acuerdo con ASPA.

Rogelio Rodríguez, abogado en Derecho Constitucional y Aeronáutico, coincide en que la aprobación de la ruta a Emirates es desafortunada, pues no hay reciprocidad al otorgarle quintas libertades, ya que Aeroméxico, o cualquier otra aerolínea mexicana, no puede competir en las mismas condiciones.

“Es preocupante porque para la empresa mexicana es un competidor que representa una barrera de crecimiento. No hay comparación en cuanto a flota y la capacidad de reducir tarifas.

“Atenta contra la soberanía nacional porque no le das a las aerolíneas mexicanas la fortaleza para competir y los ingresos se van a los Emiratos [Árabes Unidos]”, indicó.

Rodríguez agregó que esto puede generar desorden en la política aeronáutica porque otros países también pueden solicitar quintas libertades para volar desde Asia o Europa hacia México, para viajar de aquí a Estados Unidos.

Interjet

Por si fuera poco la competencia directa por los pasajeros entre la Ciudad de México y Barcelona, una semana antes iniciar operaciones en el país, Emirates anunció una alianza con Interjet.

De esta manera, los pasajeros que viajen con Emirates desde Dubái hacia México, vía Barcelona, también podrán hacerlo desde la Ciudad de México con vuelos operados por Interjet hacia las ciudades de León, Culiacán, Cancún, Quintana Roo, Chihuahua, Guadalajara, Mérida, Monterrey, Puerto Vallarta, Tampico, Tuxtla Gutiérrez, Tijuana y Villahermosa.

Aeroméxico e Interjet son fuertes competidores en el mercado mexicano, las cuales pelean por atraer a los pasajeros con servicios, así como con buenas tarifas.

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