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Pese a los alarmantes resultados de las últimas investigaciones, en agosto de 2017 el Gobierno de Indonesia manifestó que el número de orangutanes se encuentra en auge, según un informe de monitorización de las poblaciones.
Una carta abierta firmada por un grupo de cinco científicos expertos en conservación y biodiversidad desmiente ahora estas afirmaciones, exponiendo una realidad mucho menos esperanzadora para las tres especies existentes en la isla de Borneo. El documento se publica hoy en la revista Current Biology.
Según el informe del gobierno, los datos recopilados en nueve puntos indicaron que se pasó de mil 153 a 2 mil 451 ejemplares entre 2015 y 2016. Sin embargo, para los investigadores es biológicamente imposible que una población de orangutanes duplique su tamaño en apenas un año.
Este malentendido puede deberse a que las zonas de observación utilizadas fueron lugares que normalmente se emplean para introducir orangutanes que se han visto amenazados o perseguidos. En este sentido, un aumento en esta área no supondría la aparición de un nuevo individuo, sino la reubicación de uno ya existente.
El trabajo critica además las zonas escogidas por el gobierno que representan en realidad menos del 5% de la extensión ocupada por las especies de Borneo y Sumatra y que no incluyen los espacios habitados por la última especie descubierta, el orangután de Tapanuli.
Esta elección en el muestreo demuestra que los datos del informe no son científicamente representativos del total de individuos de la población, subrayan los investigadores.. "Las tres especies de orangután se encuentran en estado de peligro crítico y presentan un fuerte declive. Su número no está aumentando como indica el Gobierno de Indonesia”, declara Erik Meijaard, investigador en la gestión de los bosques y la fauna de la isla de Borneo e integrante de la iniciativa Borneo Futures.
El grupo de científicos denuncia las verdaderas condiciones de estos animales aludiendo a un estudio publicado el pasado mes de febrero en la misma revista. Meijaard y su equipo reveló que la demanda global de recursos naturales había eliminado más de 100 mil orangutanes de Borneo entre 1999 y 2015. A este dato se añade un declive de al menos el 25% en los últimos 10 años.
Del mismo modo, recientes estudios demostraron que tanto el orangután de Sumatra, como el recién descubierto orangután de Tapanuli perdieron más del 60% de su población entre 1985 y 2007 a causa de la caza y la deforestación, dos prácticas que continúan amenazando a estas especies.
Un futuro desconcertante
El gobierno indonesio está actualmente definiendo el plan de acción para la conservación que se llevará a cabo durante la próxima década. Los científicos temen que estas últimas conclusiones contribuyan a un planteamiento erróneo que sentencie el destino de estos animales.
“Si el gobierno piensa que el número de orangutanes está aumentando, creará una estrategia completamente alejada de la que se precisa para lidiar con una población que está disminuyendo a una velocidad sin procedentes”, advierte Meijaard.
Los conservacionistas llevan ya varios años alertando de que el orangután es uno de los grandes simios con mayor riesgo de extinción. La isla de Borneo es un territorio que está cada año más marcado por la huella humana, como el tráfico de animales y la implantación de campos de aceite de palma que alteran completamente su supervivencia.