Investigadores del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP) desarrollaron un producto capaz de transformar de manera más rápida los desperdicios de frutas y verduras en composta doméstica, lo que constituye una alternativa para emplear los 1.5 kilos que se producen diariamente en el hogar.
Moisés Graciano Carcaño Montiel, científico del Laboratorio de Microbiología de Suelo del Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas de ese instituto, explicó que se trata de un acelerador microbiano, el cual se agrega a los desperdicios orgánicos para convertirlos en composta, que puede ser utilizada en plantas de un jardín o en cultivos de alimentos.
Este proceso de degradación, únicamente es aplicable para los residuos de frutas y verduras, comentó el especialista en Edafología por el Colegio de Postgraduados, Campus Montecillo y responsable del proyecto.
Detalló que 80% del material vegetal es agua y el porcentaje restante es sólido, lo que significa que una vez aplicado el sustrato, las bacterias comienzan a degradar las paredes celulares de las cáscaras hasta transformarlas en un fertilizante tanto líquido como sólido.
En un comunicado, señaló que en las cocinas de los hogares se instala un contenedor de plástico escalable, en el que se depositan los residuos orgánicos; posteriormente, se agrega el acelerador microbiano que en promedio son 10 gramos por cada 500 gramos de basura orgánica, y se espera a que la reacción haga efecto, de modo que la composta está lista en 40 días.
Por cada kilogramo de desechos orgánicos es posible obtener 30 gramos de composta sólida y 700 mililitros de fertilizante líquido, mientras que a gran escala se estima que por cada tonelada de este tipo de basura se obtengan 30 kilogramos de materia sólida y en líquido 700 litros.
Para la creación del acelerador microbiano se llevaron a cabo pruebas en las que se analizaron los elementos que conforman a las células vegetales, entre ellos, pectina, celulosa y lignina, además de algunos compuestos de los hongos, como la quitina y otras proteínas.
Después se mezclaron con bacterias que se han analizado en el laboratorio, para determinar con cual grupo de éstas se generaba un mejor proceso de degradación.
Tras varios experimentos, los investigadores eligieron a las bacterias más eficientes para elaborar el acelerador microbiano, el cual fue agregado a restos vegetales que fueron recolectados, triturados y divididos en pequeños canastos para medir la velocidad del proceso.
El proyecto se denomina “Desarrollo de un acelerador microbiano de alta eficiencia para residuos orgánicos domésticos”, y se realiza en colaboración con Plásticos Decorados, compañía encargada de la fabricación del recipiente para los residuos.