Las ondas de choque son pulsos de presión que surgen cuando se deposita una gran cantidad de energía en un espacio muy pequeño y en un tiempo muy corto.

“Las que se utilizan para aplicaciones biomédicas se producen y transmiten a través del agua debido a que sus propiedades acústicas son parecidas a las del tejido blando humano”, explica el doctor Achim Loske Mehling, responsable del Laboratorio de Ondas de Choque, del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada de la UNAM.

Las ondas de choque con fines biomédicos actualmente se utilizan no solo para eliminar cálculos renales sin cirugía, sino para cicatrizar estructuras óseas, pues al aplicarse en la zona dañada se generan microfisuras en torno a la fractura grande que estimulan la reparación del tejido óseo.

También se han beneficiado pacientes cuyas heridas no habían logrado cicatrizar, por factores como la diabetes, pero que después de algunas sesiones de aplicación de ondas de choque comienza a observarse la cicatrización.

Modificación genética de hongos
En el Laboratorio de Ondas de Choque trabaja un equipo multidisciplinario de físicos, biólogos, médicos veterinarios, químicos, ingenieros de diferentes áreas y matemáticos.

“Aquí realizamos investigación para tratar de mejorar los equipos, las técnicas y las metodologías que ya se están usando clínicamente”, refiere el doctor Loske.

En este rubro, trabajan en la mejora de los litotriptores extracorpóreos para que sean más eficientes en el tratamiento de cálculos renales, por ejemplo generando menos ondas de choque, que se provoque menos daños al tejido, que el tiempo de tratamiento sea menor o que se obtengan fragmentos más pequeños, explica el especialista.

Igualmente buscan nuevas aplicaciones, una de ellas, es la modificación genética de hongos microscópicos.

“La modificación de hongos microscópicos, significa que introducimos material genético en su interior usando ondas de choque. Aunque existen otros métodos, hemos visto que esta manera es más sencilla y económica”, comenta al respecto el doctor Loske Mehling.

Los hongos con los que trabaja el Laboratorio, se usan en la industria para obtener proteínas útiles para la producción de antibióticos, insulina, vacunas y son esenciales en la fabricación de cosméticos y alimentos.

Con la aplicación de ondas de choque, se modifica genéticamente a los hongos para que produzcan las sustancias que utilizan los seres humanos a una mayor velocidad.

Además, este Laboratorio es pionero en descubrir que con ondas de choque se pueden transformar genéticamente una variedad de hongos, que no se pueden transformar por medio de otros métodos.

Ciencia UNAM, Dirección General de Divulgación de la Ciencia

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