Su mente brillante recorrió el tiempo y el espacio y ni siquiera la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que padecía desde hace más de 50 años impidió al británico Stephen Hawking investigar los misterios del universo. El físico teórico falleció ayer, a los 76 años.
Es por todos conocido, que debido a su enfermedad, una forma atípica de esclerosis, que ataca las neuronas motoras encargadas de controlar los movimientos voluntarios, el científico se valió de la tecnología para poder no solo comunicarse, sino trasladarse de un lugar a otro y en general, realizar sus actividades diarias.
No obstante, pocos conocen que Hawking estuvo más ligado a una firma tecnológica en particular que a otras. Un severo episodio de neumonía en 1985 provocó que Hawking tuviera que respirar a través de un tubo, obligándolo a comunicarse a través de un sintetizador electrónico de voz que le dio su distintivo tono robótico.
Sin embargo, antes de conseguir dicho aparato, el profesor Hawking se comunicaba por medio de gestos como el levantar las cejas para indicar cada letra. Pero al final quiso recurrir a la tecnología para tener la oportunidad de expresarse.
Asimismo, un año antes, un joven Steve Jobs había presentado un nuevo dispositivo: el Macintosh, equipo que literalmente se introducía a sí mismo usando una voz sintetizada, siendo así la primera computadora en la historia que tenía la capacidad de hablar.
Fue gracias a este dispositivo, que el ingeniero Dennis Klatt desarrolló ese mismo año, una voz sintetizada para que Hawking pudiera comunicarse por medio del programa “Ecualizador y Sintetizador del Habla”. A través de este software, Hawking era capaz de seleccionar palabras usando su mirada sobre una pantalla.
Por mucho tiempo, el científico utilizó el programa en un Apple II, aunque posteriormente fue cambiando de dispositivo.
vkc