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El agujero negro que crece más rápido del Universo

Su tamaño equivale a 20 mil millones de soles y tiene una tasa de crecimiento de alrededor de 1% por cada millón de años, indicó la ANU en un comunicado

El agujero negro llamado QSO SMSS J215728.21-360215.1 fue detectado a 12 mil millones de años luz de distancia. (Foto: Archivo/EL UNIVERSAL)
16/05/2018 |12:29
EL UNIVERSAL San Luis Potosí
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Un grupo de astrónomos descubrió el agujero negro que crece más rápido del Universo conocido hasta ahora, el cual absorbe una masa equivalente al Sol cada dos días, informaron hoy fuentes académicas en Australia.

El agujero negro llamado QSO SMSS J215728.21-360215.1 fue detectado a 12 mil millones de años luz de distancia por científicos de la Universidad Nacional Australiana (ANU).

Su tamaño equivale a 20 mil millones de soles y tiene una tasa de crecimiento de alrededor de 1 por ciento por cada millón de años, indicó la ANU en un comunicado.

"Este agujero negro crece tan rápido que brilla miles de veces más que una galaxia entera debido a los gases que devora diariamente causando mucha fricción y calor", dijo Christian Wolf, de la Escuela de Astronomía y Astrofísica de la ANU.

Este agujero negro existía cuando el Universo, que tiene unos, 13.800 millones de años, tenía tan solo 1.200 millones de años.

"No sabemos como creció tanto y tan rápido en la primera etapa del Universo", señaló el científico.

Wolf indicó que la energía emitida por el agujero negro, también conocido como quásar, estaba compuesta por luz ultravioleta y rayos-X.

"Si este monstruo estuviera en el centro de la Vía Láctea probablemente haría que la vida en la Tierra fuera imposible debido a la gran cantidad de rayos-X que emana", aseguró el astrónomo.

"Estos gigantescos agujeros negros de crecimiento rápido también ayudan a despejar la niebla que los rodea con gases ionizantes, lo que hace que el Universo sea más transparente", añadió.

El agujero negro fue detectado por el telescopio SkyMapper del Observatorio de Siding Spring de la ANU, situado a unos 480 kilómetros al noroeste de Sídney, con ayuda del satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea.

Sus descubridores consideran que esta clase de agujeros negros brillan y pueden convertirse en modelos para observar y estudiar la formación de elementos en las galaxias tempranas del Universo.