Microsoft no quiere repetir con el nuevo Internet de las cosas el error de los comienzos de la revolución de Internet, cuando aún mirábamos confiados y asombrados todas las posibilidades que ofrecía una red mundial.

Actualmente no solo se envían al día miles de millones de mails, sino que Internet alberga sectores industriales al completo, y en la red circulan datos personales, apps, bancos de datos, cuentas y puestos de trabajo. Todo ello está más o menos bien protegido frente a hackeos.

Pero aún así, un ransomware puede secuestrar una computadora o un smartphone, se saquean cuentas bancarias, se roban las devoluciones de hacienda, se piden créditos con datos robados y se arruinan vidas.

El jefe del departamento judicial de Microsoft, Brad Smith, asegura que esto no volverá a ocurrir en el Internet de las cosas.

Mientras que con el "viejo" Internet las personas se han comunicado unas con otras, el Internet de las cosas conectará a las máquinas sin control unas con otras y con las personas. Para 2030 el número de objetos conectados -desde vehículos autónomos hasta juguetes- alcanzará los 30.000 millones, según los investigadores de mercado.

Por eso Smith, quien normalmente trata con políticos y lobbys en Washington, ha acudido esta semana a la conferencia de seguridad anual RSA en San Francisco para destacar la importancia de la última iniciativa. Microsoft ha desarrollado un nuevo chip que no solo es completamente seguro, sino que también puede recibir en todo momento a través de la red el último software de seguridad.

El procesador, cuyo tamaño no alcanza la mitad de la uña del dedo gordo, es prácticamente una computadora completa y puede integrarse en tostadoras, refrigeradores, webcams, juguetes, vehículos, drones, smartphones o televisiones con acceso a Internet. El sistema está formado por el chip, un sistema operativo y un servicio de Internet en la nube que lo conecta todo.

Se supone que el servicio en la nube garantiza una actualización continua del software de seguridad y aunque, por supuesto, Microsoft favorece a su servicio Azure, Smith aclara que siempre se apoyará a los demás, como AWS de Amazon, Google Cloud, IBM Cloud o cualquier otro.

El sistema operativo no es Windows, sino otro que se basa en un núcleo Linux, un sistema libre. El diseño del chip, denominado "microcontrolador", quedará en manos de los fabricantes sin coste o licencia alguna. El fabricante de chips Mediatek ha sido el primero en dar el paso y distribuirá en 2019 los primeros procesadores.

Esta rara generosidad por parte de Microsoft se debe a que un sistema así solo funciona si se construye sin fisuras. Un ejemplo de ello son los routers que están en todas las casas. Traen de fábrica una contraseña que debe ser cambiada por los compradores, pero muchos no lo hacen. De modo que los hackers solo deben buscar hasta encontrar los router que puedan secuestrar y utilizar a su antojo. Entonces atacan webs de comerciantes en Internet o de ayuntamientos y las paralizan. Solo se deja a las víctimas en paz cuando pagan un "rescate".

Esto ya es lo suficientemente malo, explica Galen Hunt, de Microsoft Azure Services. Pero los microcontroladores, de los que actualmente se venden 9.000 millones unidades al año, estarán en algún momento en todas partes y conectados entre ellos, en las computadoras del trabajo, las máquinas industriales, en hospitales, en cafeteras y en el sistema de abastecimiento de agua. Por eso debe existir una seguridad absoluta y ningún trabajador deberá pegar una nota a su computadora con la contraseña.

"La industria privada y los Gobiernos deben colaborar. Nadie lo conseguirá solo", destaca Brad Smith. El propio Microsoft tiene 3.500 trabajadores en sus centros de seguridad por todo el mundo y cuenta con un presupuesto de 1.000 millones de dólares al año para ciberseguridad. Pero dadas las amenazas globales de los cibercriminales, esto no basta.

Microsoft espera matar dos pájaros de un tiro. En principio quiere convertir en la máxima prioridad un Internet de las cosas seguro, pero también ampliar el negocio con sistemas en la nube propios. Para ello la empresa quiere involucrar a la política, pues deberá haber represalias para aquellos que introduzcan en la red aparatos inseguros. Solo así los fabricantes invertirán unos céntimos adicionales por unidad para mantener a los hackers a raya.

La cuestión será ahora si todos los competidores accederán a acordar en conjunto unos estándares comunes. Para ello algunos deberán ir en contra de sus principios, como Microsoft: "Tras 43 años, esta es la primera vez que distribuiremos un núcleo Linux", dijo Smith visiblemente emocionado.

El fundador de Microsoft, Bill Gates, tachó de "antiestadounidense" al sistema operativo libre y gratuito y luchó contra él siempre que pudo. Además, su sucesor Steve Ballmer se refirió a él incluso como un "tumor".

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