En el mundo existen 7 mil millones de personas, de los cuales 6 mil millones poseen un teléfono celular. Esto es algo impactante considerando que solo 4,5 mil millones tienen acceso a baños. Pero no solo preferir un smartphone a un baño es algo nocivo, pues estos aparatos también afectan a nuestro organismo, explica en YouTube AsapScience.
En promedio, pasamos 4,7 horas al día revisando el celular. Cuando una persona observa su teléfono, lo normal es adoptar cierto ángulo en nuestra columna -agachando la cabeaza- lo que equivale a tener un niño de 8 años sentado en tu cuello esas casi 5 horas.
Lo antes descrito al combinarse con el tiempo que se pasa sentado frente al computador ha incrementado los casos de miopía en Norteamérica. En la década de los 1970, uno de cada cuatro personas sufría de este mal; en la actualidad la padecen la mitad de la población. En Asia, entre el 80 y 90 por ciento son cortos de vista.
Por otra parte, un estudio concluyó que un 93 por ciento de personas de entre 18 y 29 años de edad utiliza sus smartphones para no aburrirse. Prefieren pasar el tiempo con el teléfono en lugar de leer o visitar a un amigo. Esto creó el concepto "nomofobia", el terror o ansiedad de estar sin tu celular.
Nuestro cerebro
Los smartphones también producen un "ciclo de compulsión" en las personas, el mismo ciclo responsable de comportamientos asociados a la nicotina o la cocaína. Esto se debe sobretodo a la estimulación que experimenta nuestro cerebro con los videojuegos del teléfono.
Tomando el caso de "Candy Crush". A medida que juegas, consigues pequeñas metas que recompensan a tu cerebro con pequeñas segregaciones de dopamina y te 'regala' nuevos mundos para jugar, una novedad que añade más dopamina y así se crea el "ciclo de compulsión".
Nuestro cerebro está programado para buscar más novedades, es por eso que apps como "Candy Crush" están diseñadas para brindarnos nuevo contenido de forma constante volviéndose adictivas, como la nicotina y cocaína.
Este órgano, además, sufre de cambios: las ondas alfa, asociadas al relajo como cuando tu mente divaga, y las ondas gamma, presentes en la percepción consciente, se ven afectadas por la simple actividad de sostener una conversación por celular.
Investigaciones han demostrado que durante una llamada, las ondas alfa aumentan considerablemente, lo que significa literalmente que las transmisiones celulares de tu smartphone pueden modificar tus funciones cerebrales.
Nuestro organismo
Tu smartphone también puede ser el responsable de que no puedas dormir. La pantalla emite una luz azul, que se ha demostrado que altera tu ritmo cardíaco reduciendo las horas de sueño profundo y favoreciendo el desarrollo de diabetes, cáncer y obesidad.
Diferentes estudios concluyeron que leer en tu celular de noche ofrece dificultades para dormir y provoca una disminución en la producción de melatonina, la hormona responsable de la regulación del ciclo del sueño. Médicos de la Escuela de Harvard aconsejan evitar su uso de 2 a 3 horas antes de acostarte.
También es bueno
No todo es malo con los smartphones. Ayuda a mantener a las personas más comunicadas. Acercó la información de noticias a todo el mundo y permite a muchos a acceder a sus cuentas bancarias, buscar información médica y hasta a encontrar trabajo.
vkc