A causa de una sobreexplotación de los mantos acuíferos del Valle de San Luis Potosí, potosinos consumen agua con altos niveles en contenido de flúor, ya que en varias zonas de la capital se ha reportado concentraciones en el agua por arriba de 1.5 ppm (partes por millón), de esta manera el agua subterránea que se distribuye a la capital excede los límites permisibles establecido por la Norma Oficial Mexicana 127.

Lo anterior lo dio a conocer Laura Vázquez Ayala, estudiante de noveno semestre de la carrera de Ingeniería de Bioprocesos de la UASLP, quien presentó como parte de su proyecto terminal el estudio “Evaluación del efecto del flúor en diferentes procesos de Osteoinducción en Osteoblastos a diferentes concentraciones de NaF”.

Detalló que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un límite máximo permisible para flúor en agua para consumo humano de 1.0 mg/L. Indicó que, dentro de la República Mexicana se han identificado estados que presentan mantos acuíferos con alta presencia de flúor, entre ellos San Luis Potosí, en donde el agua pasa rápidamente a través de las grietas que se generan por dicho movimiento y entra en contacto con el flúor, formando una solución, convirtiéndose en un contaminante natural del agua de consumo, debido que el agua subterránea es la principal fuente de abastecimiento público.

De esta manera, la incorporación del flúor en el organismo se da fundamentalmente por la ingestión del agua; también por hábitos en las comunidades como hervir agua, ocasiona un aumento de la concentración, “existen además diferentes fuentes de exposición a flúor como las pastas dentales, enjuagues bucales, alimentos”.

Vázquez Ayala destacó que el tejido óseo es uno de los principales afectados por la presencia de flúor, “el hueso se caracteriza por tener una consistencia rígida pero flexible; las células conocidas como osteoblastos, son las responsables de la formación de huesos en etapas tempranas de desarrollo, gobiernan el proceso general de mantenimiento óseo, su mal funcionamiento puede causar enfermedades, como la fluorosis”.

Se ha demostrado que el flúor en bajas concentraciones puede ser benéfico para los tejidos mineralizados del organismo (dientes y huesos), sin embargo, el exceso del mismo puede ser perjudicial.

La estudiante de la carrera de Ingeniería de Bioprocesos, apuntó que el objetivo principal fue evaluar la respuesta celular (osteoblastos) a la exposición de fluoruro de sodio a diferentes concentraciones en un lapso de 7 a 21 días. “Se realizaron diferentes experimentos que permitieron evaluar el funcionamiento de los osteoblastos y cómo es su comportamiento en presencia del flúor, fluoruro de sodio a diferentes concentraciones en un lapso de 7 a 21 días.

Laura Vázquez Ayala hizo un llamado a las autoridades sanitarias para que desarrollen estrategias, donde la población esté informada de los efectos que puede generar el consumo de agua de la llave, así como a la población sobre los efectos del flúor en la salud.

apl

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