En abril de 2015 Apple introdujo su propio Smartwatch, el Apple Watch, casi dos años después de que la moda de los Smartwatch había iniciado con el Pebble y el efímero Motorola 360. Apple entra al mercado justo cuando la categoría de producto estaba en crisis, sin crecer y cuestionado si los usuarios terminarían de encontrar una excusa para comprar otro dispositivo inteligente.

Desde el inicio el Apple Watch se presentó, además de las funciones de extensión del teléfono, como una herramienta de salud y ejercicio. Aunque ya había relojes mucho más especializados en deportes como los Garmin y otros competidores, apelar a la enorme base instalada de iPhones sobre la complementariedad de su reloj como herramienta de salud fue un paso natural. Rápidamente se convirtió en el dispositivo "Wearable" de referencia para todos los competidores.

Apple ha reconocido que un Smartwatch per se no es suficiente para garantizar un crecimiento continuo. Como muchos otros posee un lector del ritmo cardíaco, pero desde un inicio lo manejó como una herramienta más allá de la medición de actividad física. En noviembre de 2017 con el lanzamiento de su serie 3, Apple también anunció la alianza con Stanford Medicine de la Universidad de Stanford en California.

Juntos desarrollaron un programa que consiste en tomar muestras del ritmo cardíaco a través del Apple Watch para comprender mejor y detectar arritmias del tipo fibrilación auricular. La fibrilación auricular es una frecuencia cardíaca irregular que aumenta el riesgo de complicaciones cardíacas, como accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca. El estudio durará hasta enero de 2019.

Adicionalmente con la versión 4 del Watch OS Apple agregó la funcionalidad de detectar el ritmo cardíaco en reposo y alertar sobre un ritmo elevado sin actividad física.

¿Por qué a Apple le interesa seguir perfeccionando la detección de arritmias? La respuesta está en el tamaño del mercado del cuidado de salud en el mundo. Si el Apple Watch es visto como un dispositivo médico en lugar de un accesorio de moda o "gadget" tecnológico, las ventas y crecimiento potencial pudieran acercarse a lo que el iPhone ha representado por años.

Dado que la arritmia más común es la fibrilación auricular, Apple se ha enfocado en perfeccionar su detección. Este septiembre en su evento de fin de año fue anunciado la Serie 4 del Apple Watch que incluye la funcionalidad de Electrocardiogramas. Un ECG mide el ritmo y velocidad de una señal eléctrica a través del corazón para detectar ritmos irregulares, procesos de infarto, detectar si partes del corazón tienen sobrecarga o indicios de otras enfermedades cardíacas.

El Apple Watch ejecuta este examen a través de electrodos en la parte posterior del reloj y en la corona digital. Al sostener el dedo sobre la corona mientras el reloj está en la muñeca los sensores ejecutan un ECG en 30 segundos. El resultado es registrado en la App Apple Health y si el ritmo es normal mostrará el mensaje de ritmo sinusal, pero si no es así, el reloj notificará que podría tener fibrilación auricular.

El Apple Watch es el primer dispositivo con la capacidad de realizar un ECG y ha recibido la aprobación de la asociación estadounidense de cardiología y de la FDA, el organismo que regula la salud en Estados Unidos. Las implicaciones son enormes pues puede llegar a ser cubierto por las aseguradoras y esto implicaría el crecimiento exponencial al convertir al Apple Watch en un dispositivo médico.

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