Científicos suecos encontraron una relación entre el consumo de omeprazol y un aumento en el riesgo de padecer cáncer de estómago. El omeprazol pertenece a los inhibidores de la bomba de protones, medicamentos comúnmente recetados para el tratamiento de afecciones gástricas.
El estudio analizó los datos de casi 800 mil adultos en Suecia, y encontró que el riesgo de padecer cáncer gástrico se triplicaba en aquellos que consumían habitualmente algún medicamento inhibidor de la bomba de protones.
Dicho incremento no mostró diferenciación entre hombres y mujeres, aunque la probabilidad de padecer cáncer de estómago sí fue mayor para los menores de 40 años que consumían habitualmente omeprazol.
El uso de inhibidores de la bomba de protones, para el fin de la investigación, debía haber sido de al menos 180 días durante el tiempo de análisis. El estudio midió la probabilidad de padecer cáncer gástrico cardíaco y no cardíaco.
Los inhibidores de la bomba de protones son medicamentos que funcionan como supresores de ácido gástrico para contrarrestar la acidez gástrica. Son de los fármacos más recetados a nivel mundial, y se utilizan para tratar el reflujo gastroesofágico, erradicar la Helicobacter pylori y prevenir las úlceras pépticas.
De acuerdo con los expertos, el bloqueo del ácido gástrico de este tipo de medicamentos aumenta el riesgo de cáncer de estómago porque altera el microbioma gástrico, interfiere con la formación de nitrosamina, causa gastritis atrófica crónica y aumenta los niveles séricos de gastrina, propiciando el desarrollo del cáncer.
Además del omeprazol, otros medicamentos inhibidores de la bomba de protones, son: ranitidina, esomeprazol, lansoprazol, rabeprazol y dexlansoprazol.
De los participantes en la investigación, dos mil 219 desarrollaron cáncer gástrico durante el tiempo de seguimiento. Los usuarios de inhibidores de la bomba de protones tenían una probabilidad tres veces mayor de padecer este tipo de cáncer. Este riesgo fue mayor entre las personas que tomaron omeprazol por al menos un año, aunque el riesgo mostró una reducción en aquello que lo tomaron por más de 5 años.
En conclusión, el estudio publicado en BMJ Journals, menciona que “Este estudio proporciona alguna evidencia de un mayor riesgo de cáncer gástrico entre los usuarios de PPI de mantenimiento, incluidos aquellos que recibieron terapia con PPI para indicaciones sin ninguna asociación positiva con cáncer gástrico. Se encontraron mayores riesgos para el cáncer gástrico cardiaco y no cardiaco, en ambos sexos y en todos los grupos de edad, aunque el riesgo fue más pronunciado en los participantes más jóvenes”.