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La presencia de insectos y animales ponzoñosos se debe a la invasión de los humanos en su hábitat, debido que cada vez las áreas rurales se reforestan y esto contribuye a que animales escapen, “los humanos invadimos su hábitat, por consiguientes estos insectos atacan por defensa”, consideró Patricia Escalante Galindo, jefa del Servicio de Toxicología Clínica del Hospital Juárez de México, durante su participación en XI Congreso Nacional de Toxicología, organizado por la UASLP y la Sociedad Mexicana de Toxicología A.C.
Durante su conferencia “Situación epidemiológica actual de mordeduras y picaduras por animales de ponzoña en México”, dijo que el principal factor es el aspecto demográfico y epidemiológico, en relación a quién está más en contacto con estos animales, antes eran los niños, sin embargo, ahora la pirámide poblacional se está invirtiendo y las personas de la tercera edad están sufriendo estos eventos, así como el grupo de las embarazadas.
“Debemos aprender a vivir con ellos, recordemos que somos los invasores, además debemos ser conscientes que estamos viviendo en una zona endémica a nivel mundial, México ocupa primer lugar en alacranes y no se han presentado medidas de prevención. Es así que quienes lleguen a sufrir una picadura inmediatamente deben recibir atención médica”, indicó.
Reconoció que la situación epidemiológica actual de mordeduras y picaduras por animales de ponzoña es un tema sumamente interesante, no solo en la Ciudad de México, sino en toda la República.
Señaló que en estudios realizados se encontró que hace quince años la Ciudad de México no era endémica, sin embargo, ahora la casuística ha demostrado que el grupo de mayor frecuencia de tipo tóxico son los animales de ponzoña, dentro de este contexto se encuentra la víbora cascabel (crotalus durissus); en el segundo grupo las arañas del tipo de la viuda negra o araña capulina, en otro apartado la araña violinista.
Y el tercer lugar lo ocupan los alacranes, aunque la mayor parte no son altamente letales, sin embargo, los pocos que han llegado vienen en medios de transporte urbanos, de la Central de Abastos, o de zonas endémicas de alacranes en el equipaje; y en cuarto lugar, las hormigas, abejas.
Señaló que las mordeduras por estos insectos se han sobreestimado en el país, registrándose 15 entidades con diagnósticos diferenciales.
“Lamentablemente, no contamos con una metodología de laboratorio precisa; en nuestro caso realizamos aproximaciones clínicas dependiendo de la evolución en las características de la necrosis que presente el paciente”.
apl