A pesar del incremento de la conciencia contra el uso del popote, aún son insuficientes los esfuerzos y se requieren diversas medidas para salvar a las tortugas y otras especies que se ven afectadas por los productos plásticos que llegan a su hábitat.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, anualmente 13 millones de toneladas de plásticos son vertidas en los océanos.
La campaña contra el popote, que lleva apenas unos años, recibió una aceptación amplia por la población mexicana, sin embargo, Leonel Gomez Nieto, jefe del proyecto de conservación de tortugas marinas de Rivera Maya–Tulum, destacó que se requieren de otras acciones que eviten que los plásticos lleguen a los mares.
“El popote es tan peligroso como el plástico o una botella, tenemos que generalizar que cualquier objeto que sea basura, es peligroso para las tortugas, aves, peces e incluso, para nosotros mismos, se necesitan cambiar estos hábitos de consumo”, sostuvo en entrevista.
Sin embargo, agregó, la basura no es el único peligro para las tortugas marinas, ya que en la zona de Quintana Roo, el principal riesgo es la urbanización costera, la cual promueve la destrucción de las zonas de anidación y a su vez, dificulta que los quelonios puedan encontrar alimentos, este problema es una actividad que va en aumento con el crecimiento del turismo.
La organización, de la que forma parte Leonel, se enfoca en proteger y conservar estas zonas, y promueve tanto en las comunidades como con los turistas, respetar los nidos de las tortugas, así como a esta especie.
En la zona de Quintana Roo, las tortugas existentes son la caguama y la blanca, ambas en peligro de extinción; las poblaciones más importantes de esta especie en México se encuentran en esta zona. También se tiene presencia de la tortuga Laud y Carey, esta ultima, en peligro critico.
El área protegida es de 120 kilómetros en la zona costera, que va desde Playa del Carmen hasta Tulum. Durante los meses de abril a noviembre, se evita que se interfiera o dañe a las tortugas durante el desove.
También colaboran con diferentes instituciones para recolectar datos que permitan ver la situación en la que se encuentran estas especies, y se generen investigaciones para su conservación.
Aparte de la basura en el mar y la urbanización costera, subrayó que otros de los factores que ponen en riesgo a la especie son la caza furtiva y consumo directo, el cambio climático, y el comercio ilegal como la pesca incidental.
Por ello, recomendó a la población realizar un cambio de hábitos que incluya usar la menor cantidad posible de plásticos, al igual que, cuando visiten las playas de México, eviten dañar el hábitat y vida de la tortuga. También pidió que denuncien si presencian la venta o caza ilícita de esta especie y sus huevos.
El proyecto, que pertenece a “Flora Fauna y Cultura de México A.C” ha logrado liberar a 8 millones 399 mil 426 crías de tortugas marinas. También organizan el “Festival de la Tortuga Marina” que cada año cuenta con mil 200 participantes.