La respuesta del aspirante presidencial fue lapidaria: “Si es tan buen negocio, que lo construya él”, a partir de lo cual se empezó a barajar la idea de concesionarlo al sector privado desde la fase de construcción.

Y aunque las vestiduras se desgarraron frente a lo que parecía una contradicción ideológica del hoy presidente electo de México, lo cierto es que la intención del gobierno, una vez en operación la futura terminal, era concesionarla paulatinamente a particulares.

De hecho, los usuarios habían recibido desde ya la noticia de que la operación de carga se concesionaría a una empresa privada.

Y lo cierto, además, es que las concesiones aeroportuarias entregadas en bloque por el gobierno zedillista han resultado negocios cuya rentabilidad no alcanzan los comercios, tradicionales dueños de la tajada de león.

El año pasado, por ejemplo, el Grupo Aeroportuario del Pacífico obtuvo ingresos por un total de 12 mil 365 millones 91 mil pesos, en tres capítulos: servicios aeronáuticos, servicios no aeronáuticos y servicios por adiciones a bienes concesionados.

Descontado su costo de operación, se obtuvo una utilidad de 6 mil 281 millones 731 pesos, dando pauta a otra antes de impuestos de 6 mil 171 millones 722 mil pesos.

Esta representa un rendimiento equivalente a 50.80%.

Ahora que una vez cubiertos los tributos de ley, el grupo aeroportuario registró una utilidad neta en el año de 4 mil 731 millones 81 mil pesos, equivalentes a un rendimiento de 38.26%.

A su vez el Grupo Aeroportuario del Sureste registró ingresos por 12 mil 594 millones 818 mil pesos, que descontado el costo de operación derivaron en una utilidad antes de impuestos de 8 mil 391 millones 544 mil pesos, equivalentes a un rendimiento de ¡66.61%!

Ahora que la utilidad neta llegó a 6 mil 780 millones 160 mil, equivalente a su vez al 53.62%.

Las cifras del Grupo Aeroportuario Centro Norte no son distintas. Durante 2017 obtuvo ingresos por 7 mil 229 millones 827 mil pesos, que antes de impuestos le dieron una utilidad de 2 mil 956 millones 565 mil pesos, equivalente a un rendimiento de 41.38%.

La utilidad neta del año fue de 2 mil 137 millones 442 mil pesos, lo que representó un rendimiento de 29.98%.

Desglosado, el ingreso aeronáutico y no aeronáutico por pasajero fue de 298 pesos, equivalente a 15 dólares.

Como usted sabe, el pago por derecho de uso de los aeropuertos se carga en la tarifa aérea y es variable de acuerdo a la temporada y la propia terminal.

Para agosto, por ejemplo, el costo para los operados por Aeropuertos y Servicios Auxiliares para vuelos nacionales es de 238.30 pesos. Para internacionales sube a 434.66 pesos.

El más caro es el aeropuerto de Durango, con 451.26 pesos, y el más barato es de Mazatlán, con 412.89.

Negocio redondo.

Balance general. En previsión de que un eventual triunfo de Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial provocara la reversa a la reforma energética, los negociadores de Estados Unidos plantearon la imposición de candados a las inversiones pactadas por empresas de su país para exploración y explotación de petróleo, los que se borraron del texto a la promesa del enviado del hoy presidente electo, Jesús Seade, de que se respetaría a la letra lo firmado.

Sin embargo, se colocó en el marco el que se respetaría el derecho soberano del país de hacer modificaciones, al escenario de cara al siguiente sexenio.

En ese marco, el ex consejero de Pemex, nominado para dirigir Pemex Exploración y Producción, Fluvio Ruiz, elaboró un texto en el cual se delineaban algunos puntos para el nuevo escenario. Entre ellos se reiteraba la intención de revisar la justeza en la entrega de concesiones, es decir el equilibrio en condiciones para los ganadores.

En paralelo, se regularía la posibilidad de que las empresas nacionales o extranjeras que hubieran ganado contratos pudieran vender el combustible por su cuenta; se suspenderían las alianzas en Pemex y, desde luego, la entrega de nuevas concesiones.

La posibilidad fue desconocida, aunque no descalificada, por la próxima secretaria de Energía, Rocío Nahle.

Ganó ConMéxico. Colocada en escena una colosal embestida de cabildeo, encabezada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), escoltada por el organismo que aglutina a los principales fabricantes de alimentos y bebidas del país, ConMéxico, la Suprema Corte le dio reversa a una resolución judicial que obligaba a modificar la etiqueta frontal de los productos con la información de su contenido.

El reclamo lo había planteado la organización El Poder del Consumidor, alegando que el contenido era omiso de lo estipulado en la legislación para prevenir la obesidad y enfermedades similares y conexas. De entrada, se aducía que las especificaciones en materia de azúcares, grasas y contenido calórico eran confusas y no se ajustaban a las recomendaciones internacionales. Las empresas alegaban haber gastado 25 mil millones de pesos en instrumentar la exigencia, cuyas reglas las diseñó la propia Cofepris. Habrá que esperar reacciones airadas.

Cuesta de Canadá. Del dicho al hecho, para que el país de la hoja de arce pudiera cubrir la estricta ruta para incorporarse al acuerdo bilateral alcanzando por México y Estados Unidos tendría que flexibilizar su posición contraria a la demanda de desaparición del capítulo XIX en materia de solución de controversias del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Este plantea la posibilidad de acuerdos arbitrales. La alternativa fijada por el país del norte es acudir a los tribunales, lo que resulta no sólo farragoso, sino costoso.

Desde otro ángulo, Canadá plantea la eliminación de los aranceles impuestos por Estados Unidos a sus exportaciones de productos lácteos, una de sus mayores potencialidades. La amenaza de Trump es que sin acuerdo se mantendría el arancel global al acero y al aluminio a su vecino del norte, y eventualmente se le fijaría un impuesto de 25% al ingreso de automóviles canadienses a su mercado.

¿Slim al fin? Las señales indican que bajo el nuevo gobierno finalmente se modificaría el título de concesión con que opera Teléfonos de México para darle acceso a la posibilidad de ingreso de lleno al triple play, es decir agregar el video a su canasta de servicios.

La pretensión es obtener al menos un canal de televisión de paga. América Móvil, la firma matriz, opera en televisión en 12 países de Centro y Sudamérica.

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