La junta de gabinete a la que AMLO convocó anoche en Palacio Nacional en calidad de urgente fue ríspida pero abierta, sin autocensura atribuible a la subordinación política. El presidente dejó hablar a sus colaboradores y tomó notas. Algunos lo encararon sin que el respeto disminuyera la energía. En el centro del debate estuvieron las dos pandemias: la del coronavirus y la petrolero-financiera.

De la reunión, iniciada a las siete de la noche y concluida poco antes de las nueve, habría resultado que AMLO hará dos anuncios que el país espera con ansiedad: Mañana jueves el del Plan Nacional de Desarrollo Energético, que incluiría una amplia y precisa participación del sector privado; y el viernes un llamado a la sociedad para intensificar las medidas de distanciamiento social a fin de frenar la velocidad de contagio del Covid 19. En ambos casos con algo que el presidente, no sin reticencias, ha aceptado cambiar: la narrativa de su discurso frente a ambas crisis.

La voz cantante la llevaron la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, muy en su papel de jefa de gabinete; el secretario de Salud, Jorge Alcocer, con datos duros, científicamente validados, sobre el complicado escenario sanitario; y el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, con los planes energéticos y de contingencia económica o de medidas contracíclicas con las que se plantará cara a la emergencia financiera.

De acuerdo con las versiones recabadas con asistentes al encuentro, el secretario de Salud fue muy insistente al señalar que los datos que ponía sobre la mesa respecto al coronavirus están científicamente validados. Dijo que, pese a la complicada situación mundial, México está a tiempo: No más de cien casos confirmados y ninguna defunción hasta ahora.

Fue así que se planteó escalar las medidas de distanciamiento social a partir del lunes, toda vez que, de acuerdo con las estimaciones técnicas, mayo sería el mes en que detonaría la velocidad de los contagios. Las fuentes aseguran que AMLO fue enfático al señalar que tales medidas no deben partir de prohibiciones impuestas mediante la fuerza, con el Ejército en las calles, sino a partir de la conciencia social, del autoaislamiento. Tales medidas, argumentó el secretario de Salud, aplanarían en abril la curva del contagio, para enfrentar mayo con mayores recursos y disponibilidades del sistema nacional de salud.

La secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, fue la que acaso encaró a AMLO con mayor firmeza, al pedirle que se pusiera en el lugar de muchas mujeres trabajadoras que necesitan conciliar la necesidad de cuidarse y cuidar a hijos que a partir del lunes no asistirán a la escuela, y que deben sentir el apoyo del gobierno por el que votaron una gran mayoría de ellas.

Los secretarios de la Defensa y la Marina se dijeron listos con los planes para proteger los siete canales principales de distribución del país, dos de los cuales, Ecatepec y Coatzacoalcos, podrían sufrir el embate de la delincuencia organizada. Las fuentes consultadas refirieron que, por el lado económico, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera se impuso al bloque Nahle (Energía)-Bartlett (CFE), en cuanto a lo que será el plan de inversiones en el sector, que incluiría la apertura de una tercera ronda petrolera (con 15 proyectos) y las asociaciones público-privadas.

También se dijo que está en marcha la elaboración de un plan de contingencia económica o de medidas contracíclicas frente al crack de los mercados internacionales de valores y el desplome de los precios del petróleo, sobre las que algo le adelanté la semana pasada y en el contexto de que el valor de dólar llegó ayer a 23.28 pesos, su máximo histórico, y el precio de la mezcla mexicana se hundió hasta 18.78 dólares, el más bajo en 18 años.

Así fue, en términos generales, la reunión de gabinete de anoche.

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