La incapacidad como técnico de Bruno Marioni quedó de manifiesto ante el Juárez del Ascenso MX. La eliminación en las semifinales de la Copa es un duro golpe a la poca credibilidad que tenía como técnico, después de los pobres resultados que había logrado con los Venados. Y en la Liga, por más que hayan ganado los partidos ante América y Guadalajara, los universitarios están lejos de la Liguilla y del protagonismo que lograron el torneo anterior.

Y después de ser eliminado, humillado por su incapacidad, el técnico de los Pumas aceptó que se agarró a golpes con un personaje que lo provocó y agredió camino a la conferencia de prensa —que si bien es cierto no tenía nada que hacer  en el lugar donde se dieron los hechos—, no es la mejor reacción para un hombre que representa, de alguna manera, los valores de la UNAM. 

El mentado Efecto Marioni con el que quisieron hipnotizar a los seguidores de este equipo terminó pronto y echaron a perder una extraordinaria oportunidad, no solamente de ganar un título, sino de enfrentar de nueva cuenta al América en busca de saldar cuentas después de los últimos resultados que han tenido en series de eliminación directa.

Pero los Pumas nunca se comportaron como un equipo de Primera ante uno de la división de abajo, y los Bravos entendieron que aunque su prioridad es el ascenso, no dejaron escapar la oportunidad de pelear por otro título, ahora ante el América, al que eliminaron en los cuartos de final de la edición anterior y lo mejor de todo para ellos, en su estadio, en el Olímpico Benito Juárez.

Del ahora finalista, hay que destacar el esfuerzo que ha hecho su directiva, que con Gabriel Caballero han estructurado un equipo en busca de ascender. Se les ha negado, pero siguen con la inversión para conseguirlo pronto.

Y no cabe la excusa de que los universitarios no tuvieran plantilla para competir, en esta ocasión la mayor responsabilidad es del técnico, quien mostró su novatez, a quien Caballero —quien merecería ya otra oportunidad en el Máximo Circuito—, le ha dado una lección de lo que significa jugar un partido de eliminación directa.

La directiva tendrá que replantearse si el proyecto con el argentino es lo mejor para el futuro de un club que no está para aguantar ridículos como el que hizo ayer en Ciudad Juárez, con un futbol timorato y una nula reacción desde la banca para tratar de rescatar el juego cuando los Bravos se fueron al frente en el marcador.

Los Pumas no pueden vivir de ganarle al América en la Liga —y lo mismo con un deprimido Guadalajara—; quien piense así dentro de la institución está condenado al fracaso y no tiene nada que ver la mística de este club, que por ahora le ha quedado grande a Marioni, quien ayer se perdió una gran oportunidad en su carrera como técnico para trascender, la única que ha tenido, la única que pudiera tener y lo peor es que al final quedó como un mal perdedor, ya que por más que un aficionado se burle y por más caliente que pueda estar después de la derrota, no puede reaccionar de la manera en que lo hizo. Por el estadio, tendrán que revisar el protocolo de seguridad para la final contra el América, para evitar otro enfrentamiento.

@gvlo2088

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