En la historia que todos conocemos, Melchor, Gaspar y Baltsar llegaron desde Oriente para llevar regalos al Mesías; pero un relato de hace medio siglo, podría indicar que uno de ellos, el cuarto Rey Mago no llegó a su destino a ver al niño Dios.

Escrito a finales del siglo XIX, el relato corresponde al estadounidense Henry Van Dyke, quien narra en la historia que Artabán, astrónomo de profesión que habría dedicado 30 años de su vida a buscar a Jesucristo, para entregarle un zafiro, un rubí y una perla, las que tenía preparadas para el día de su nacimiento.

De acuerdo con información del portal, Melchor, Gaspar y Baltasar partieron antes que Artabán siguiendo la estrella de Navidad, un fenómeno que hasta hoy no se ha podido conocer, algunos suponían que se trataba del cometa Halley, pero este apareció 12 años antes de Cristo y no la noche de Reyes.

Mark Kidger, del Centro Europeo de Astronomía Espacial, piensa que los Reyes Magos eran en realidad sacerdotes y se dedicaban a interpretar las señales del cielo y lo que en realidad estaban siguiendo era una estrella nova.

Artabán, que iba por su cuenta, podría haber perdido la referencia porque, según Kidger, una semana antes del nacimiento del Mesías, la Luna estuvo en conjunción con la nova y tapaba su luz; lo que provocó su extravío.

 

Foto: Mitzi Olvera/ El Universal

Los tres Reyes Magos habrían tardado más o menos cinco semanas en llegar a Jerusalén, descansaron unos días esperando audiencia con Herodes y volvieron a ver la estrella en el sur al amanecer, directamente sobre Belén, a 10 kilómetros de donde ellos estaban.

Según los cálculos de Kidger, todo aquello sucedió no un 6 de enero sino varias semanas después de que naciera el Mesías, "en torno al 21 de marzo del año 5 antes de Cristo".

Tras haber buscado encontrarse con el Mesías, Artabán viajaba tras él, pero al no hallarlo regalaba sus presentes a los pobres. La historia señala que luego de morir, Cristo se comunicó con el cuarto Rey.

El número de los Reyes Magos ha estado en entredicho durante varios siglos, y hasta el IV los teólogos Orígenes y Tertuliano establecen que son tres y hasta el VIII no se les bautiza como Melchor, Gaspar y Baltasar aunque no fueron de uso común hasta el siglo X.

En el Evangelio de San Mateo, donde se les menciona por primera vez, se les cita únicamente como "magos que llegaron del Oriente", pero en ninguna otra parte del Antiguo Testamento aparecen citados ni su número, edad, aspecto, nombre o atuendo.

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