Hasta una hora invierten automovilistas buscando un lugar para estacionarse en el centro histórico. Con la disminución de espacios para parquímetros, calles cerradas por obras y el poco espacio que poseen los estacionamientos privados arroja consecuencias como retardos en compromisos, llegadas al trabajo, escuelas o reuniones.

El precio por hora en las calles que aún cuentan con parquímetros es de ocho pesos, pero con la propuesta de peatonalizar el primer cuadro de la ciudad, a las calles como Hermenegildo Galeana, Ignacio Aldama, Iturbide, Álvaro Obregón, Vicente Guerrero, les fueron o están siendo ampliadas las banquetas por lo que se retiraron los parquímetros y ya no se permite el estacionamiento de autos en varias aceras, lo que duplicó el problema.

Desde hace algunos meses los automovilistas que acuden al centro histórico ya sea para trabajar, realizar algún trámite en oficinas o acudir a comprar un producto, viven un “viacrucis” y es que primero deben enfrentarse a obras inacabables, las tinas con las que apartan los lavacoches y los parquímetros.

vkc

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