A EL UNIVERSAL, a “Reforma”. Porque nadie debe arrojar inmundicia al uso de la libertad. 

Colocar en suspenso el reconocimiento al triunfo electoral de Joe Biden en Estados Unidos ha empezado a complicar los canales de interlocución del gobierno mexicano con todo el ecosistema demócrata, que aterriza ya planes para detonarlos desde los primeros días de la nueva administración en la Casa Blanca.

Documentos que circulan entre consultoras cercanas al equipo Biden dan cuenta de un primer listado de acciones inmediatas que planea emprender mediante acuerdos presidenciales que no requieran el aval del Congreso, para sepultar parte del legado Trump. Muchas de estas medidas impactarán el interés estratégico de México en temas como migración, seguridad, medio ambiente, energía, comercio o salud.

Se da por descontado que apenas ocupe el histórico escritorio del Salón Oval, Biden firmará una orden para retirar la declaración de emergencia que permitió dar fondos a la construcción del muro fronterizo; cancelará el proceso de derogación que pende sobre el DACA, que beneficia a decenas de miles de jóvenes “soñadores”, muchos de ellos mexicanos, y eliminará el límite de visas para estudiantes internacionales. También, regresará a su país al seno de la OMS, y fortalecerá los programas contra la propagación del Covid-19.

Existen reportes perturbadores de que Biden apoyará una estrategia contraria a la interrupción de embarazos, a cambio de programas intensivos de anticonceptivos y apoyos a madres solteras. Ello lo enfrentará a la internacionalmente llamada “Política de la Ciudad de México”, por haber sido pionera en reformas legales en este campo, con un impacto dominó en el continente.

Múltiples sectores mexicanos (empresarios, sistemas de salud, universidades) deben acceder a mecanismos para expresarse ante estos procesos. La tarea central corresponderá al canciller Marcelo Ebrard, y será mayor ante la disfuncionalidad exhibida por nuestra embajada en Washington, a cargo de Martha Bárcena.

El problema hoy son los tiempos. El presidente López Obrador anunció que respetará plazos legales antes de felicitar al hombre más votado en la historia de la vecina nación, al que conteos finales estatales le dieron ya la ventaja legal, y que recogió cuatro millones de votos populares más que Trump.

López Obrador debe aclararle a Washington a qué plazo legal se atendrá. Todas las opciones lucen remotas: 8 de diciembre (cuando cada estado resuelve las controversias aceptadas); 14 de diciembre (el Colegio Electoral de cada estado se reúne y vota en apego al resultado de las urnas); 23 de diciembre (los estados entregan certificados de triunfo a varios tipos de funcionarios electos); 3 de enero de 2021 (se instala el Congreso 117 de la historia, que cuenta los votos electorales emitidos por los colegios electorales y anuncia los resultados finales de los comicios). El 20 de enero, en menos de seis semanas, el nuevo presidente asume el poder.

APUNTES:

El Instituto Nacional Electoral (INE), bajo la presidencia de Lorenzo Córdova, dispuso equidad de género en la postulación de candidatos a las 15 gubernaturas que se renovarán el próximo año, pese a la resistencia presentada desde el Senado bajo el impulso de Ricardo Monreal, coordinador de Morena. Los tribunales recibirán reclamos, pero el valor de esta causa la debe hacer irreversible. Y el debate crecerá, pues el INE se pronunciará pronto —quizá sólo como recomendación— en favor de más candidatos migrantes, indígenas, transexuales… El problema único es que el organismo retrasó estos acuerdos, lo que disloca procesos iniciados por los partidos hace meses.

rockroberto@gmail.com

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