Desde que Andrés Manuel López Obrador se lanzó en contra del neoliberalismo y acusó a esta corriente económica de ser la culpable de todos los males del México moderno, me he dedicado a preguntar a empresarios y políticos si creen que este modelo económico está agotado y si efectivamente es la causa, por ejemplo, de que el país esté sumido en la corrupción y la desigualdad, como lo ha asegurado el actual presidente de la República.

En su discurso de toma de protesta, el 1 de diciembre, Andrés Manuel López Obrador mencionó, como ninguna otra, la palabra neoliberal (un total de 16 veces) para ejemplificar “el desastre económico” de las últimas seis administraciones federales. “No se trata de un asunto retórico o propagandístico: la crisis de México se originó no solo por el fracaso del modelo económico neoliberal aplicado en los últimos 36 años, sino también por el predomino en este periodo de la más inmunda corrupción pública y privada”.

Más aún, el 17 de marzo, el Presidente declaró el fin de la política neoliberal, “esa pesadilla que prevaleció en México durante 36 años”, dijo. “Quedan abolidas dos cosas: el modelo neoliberal y su política de pillaje antipopular y entreguista”, agregó, para reconocer que a su gobierno le toca construir una propuesta post neoliberal y convertirla en un modelo viable de desarrollo económico, ordenamiento político y convivencia entre sectores.

Hace unos días le pregunté al ex presidente Felipe Calderón su opinión sobre el neoliberalismo y el nuevo modelo económico que planea implementar la Cuarta Transformación. Calderón es un convencido del liberalismo económico y el libre mercado. Egresado de la Escuela Libre de Derecho y del ITAM –el semillero de los neoliberales tecnócratas–, el ex mandatario tiene su versión sobre lo que dice López Obrador.

“Yo tengo una versión distinta a la que dijo en su toma de posesión. México no entró en una crisis económica por las políticas llamadas neoliberales, la crisis vino cuando gobiernos populistas llevaron el déficit público a 17 puntos del PIB y generaron una deuda impagable para México, la cual tuvo que ser pagada con un gran sacrificio de varias generaciones de mexicanos”.

“Fue una fiesta la que vivimos con López Portillo Echeverría; en esos años se sobregiró a México con un gasto demagógico y proyectos imperiales a partir de gasto público, con endeudamiento y un déficit; y cuando hubo que cerrar ese déficit y pagar la deuda, fue cuando sobrevino la crisis”, dijo Calderón.

Y retó al nuevo gobierno: “Sería bueno que pudiéramos tener un diálogo público con el Presidente y con su Gabinete para discutir este tema”.

En columnas anteriores hemos hablado de uno de los gurús económicos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el turco Dani Rodrik, quien en sus postulados llama a privilegiar la democracia participativa (consultas públicas, referéndums…) y la autodeterminación del Estado (nacionalismo) sobre la hiperglobalización (libre mercado, comercio internacional y una incidencia preponderante de los mercados financieros en la economía). Todo esto está en el discurso del Presidente y forma parte de las bases que sostienen su post neoliberalismo.

La vez que declaró la abolición del neoliberalismo, planteó algunas ideas que darán forma a su nuevo modelo económico. “El mercado no sustituye al Estado. Esta fue una patraña para imponer la política neoliberal, un sofisma. Sólo estos tecnócratas despistados se les ocurrió que no hacía falta el Estado, lo usaron para rescatar al sistema financiero en quiebra, con el Fobaproa”, acusó.

Añadió que el crecimiento de la economía debe ir acompañado de una mejor distribución de la riqueza y el ingreso.

Sin embargo, mientras el gobierno trabaja en la implementación del nuevo modelo económico, siguen aplicándose los conceptos del neoliberalismo que, como lo planteó en esta páginas Luis de la Calle, se basan en las recetas del llamado “Consenso de Washington”.

Este consenso es un conjunto de 10 políticas públicas que se proponen a países en desarrollo para la modernización de sus economías. Según el análisis de Luis de la Calle, el gobierno de AMLO obtiene 8.5 de 10 puntos posibles.

Es decir que México sigue siendo una economía muy neoliberal, aún en tiempos de la Cuarta Transformación.

Que se abra el debate.

 

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