Hidalgo, Mich.— Ya sin la carga de la investigación que la Secretaría de la Función Pública (SFP) realizó en su contra y en la que no se encontró ningún elemento para sancionarlo por presuntos conflictos de intereses, enriquecimiento oculto y tráfico de influencias, el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett, continúo por segundo día consecutivo disfrutando del espaldarazo presidencial de Andrés Manuel López Obrador.

El sitio de esta muestra de confianza fue la central geotermoeléctrica Los Azufres, un paraíso verde, refugio de la mariposa monarca.

En esta ocasión, el cerrar filas en torno a Bartlett —a quien se le atribuye la caída del sistema electoral en 1988— no vino de su jefe, sino del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (Suterm).

El secretario regional del Suterm y de la organización del sindicato de electricistas, el poblano Vinicio Limón, destacó el acierto del Ejecutivo federal al haber designado a su paisano al frente de la CFE, pues “Bartlett tiene los tamaños para enderezar la comisión.

“Presidente, a nombre de los trabajadores del país y de mi líder, Víctor Fuentes del Villar, queremos agradecerle que haya pensado en un hombre como el licenciado Bartlett para dirigir a la CFE.

“Se requieren tamaños para enderezar a la comisión y el señor los tiene”, dijo el dirigente poblano.

Ante ello, López Obrador volteó a ver al exsenador con una sonrisa, pero sin sacar las manos del abrigo, porque para ese momento el gélido viento de la sierra michoacana arreció en todos los presentes.

“Es mi paisano”, expresó Bartlett al Ejecutivo y al gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles.

En su discurso, el titular de la CFE agradeció el comentario de su paisano y dijo, en tono de broma, que le creó un problema con el Presidente, pues además de ser poblano por nacimiento, también es tabasqueño por decisión.

Pero si alguien pensaba que la confianza de López Obrador en el titular de la CFE ha menguado, para muestra un botón:

El pasado viernes por la tarde, al concluir la gira de trabajo en la central de El Sauz, en Querétaro, junto con la secretaria de Energía, Rocío Nahle, viajaron juntos y regresaron a Palmillas a comer consomé de borrego y costilla tatemada en la popular Barbacoa Santiago, la favorita del Presidente.

Luego se dirigieron hacia el complejo de Los Azufres y pernoctaron en esas instalaciones. Por la mañana, sostuvieron una reunión de trabajo y revisaron la situación financiera de la CFE.

Alrededor de las 10:00 horas, salieron de una cabaña al lado de la unidad número 18 —que ayer inauguró el Presidente de México—. Juntos se pusieron los cascos de la CFE y recorrieron la planta.

Manuel Bartlett caminó un paso atrás del mandatario, quien iba junto a los ingenieros, pero nunca se separaron.

Fue así como concluyó la segunda visita a una planta productora de electricidad, en la que el titular de la CFE estuvo arropado por el Ejecutivo y el Suterm.

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