Guillermo Barros Schelotto, entrenador del Galaxy de Los Ángeles, recapacitó y de último momento incluyó a dos de sus jugadores estelares en la convocatoria. La presión de los organizadores debió ser tal que lo llevó a replantear su estrategia y podamos ver esta noche, en contra de Cruz Azul y por las semifinales de la Leagues Cup, al sueco Zlatan Ibrahimovic y al argentino Cristian Pavón.

Seguramente, aparecerán como suplentes, porque está claro que a los equipos de la MLS les ha importado dos reverendos pepinos este nuevo torneo. En México no. Los equipos de la Liga MX, desde que se celebró la entrega del Balón de Oro en Los Ángeles, tienen una línea clara de comunicación y acción: la Leagues Cup debe tomarse con seriedad y poner a los mejores futbolistas.

En la MLS es al contrario: estorba igual que a los mexicanos en el calendario, pero tanto Galaxy en esta semifinal, como DynamoReal Salt Lake y Chicago Fire en la ronda anterior, han jugado con suplentes. Un reverendo desperdicio, porque si hay una Liga que necesita títulos internacionales, aunque sea de cartón, es la MLS.

Se debe aplaudir a Cruz Azul, América y Tigres, que han sido formales con los organizadores, pero sobre todo con sus seguidores, porque son instituciones que deben encarar cualquier torneo, aunque sea amistoso y de corcholata, con la seriedad debida.

Las ausencias del Galaxy, incluido Jonathan dos Santos, hacen que Cruz Azul tenga una obligación profesional y moral de llegar a la primera final en la historia de este torneo. No debería ser de otra manera. Inentendible lo de Barros Schelotto. Si bien jugarán el próximo domingo un partido lleno de orgullo contra LAFC, tienen tiempo suficiente para reponerse.

Este torneo, para que tenga éxito y siga acrecentando la rivalidad México vs. Estados Unidos, necesita de las figuras de la MLS, porque a nadie le importará ver al Galaxy sin Jonathan, IbrahimovicPavón, etc. Y, aunque está convocado Uriel Antuna, son muy distintos los carteles de unos y otros. Incluso, el entrenador argentino lleva a algunos futbolistas del Galaxy II; es decir, de sus fuerzas básicas, como Nick Depuy y Kai Koreniuk.

Tienen todo para trascender y lo tiran a la basura. Ejemplo puso hace unos días Frank de Boer, cuando se disputó —entre Atlanta América— otro trofeo intrascendente, pero que terminó lleno de pasión y buen nivel competitivo, simplemente porque desde que inició el partido buscaron ganarlo.

América Tigres van por el mismo camino, con titulares y con el posible debut de Guillermo Ochoa. ¿Quién pensaría que el regreso del más simbólico portero de la historia reciente del América, después de ocho años, sería en un partido en Houston contra Tigres. Lo extravagante que resulta nuestro futbol

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