El trabajo dignifica, te aleja del vicio y te acerca a la familia, así no lo comentó Don Eduardo Nieto Zavala, quien trabaja como bolero en la Plaza de Armas de la ciudad capital de San Luis Potosí, el centro político e histórico del estado, refiere que aunque lleva poco en el oficio comparado con algunos de sus compañeros que llevan 3 o 4 décadas, ya se ha convertido en parte de su vida y en un trabajo al que le tiene mucho cariño.

Don Eduardo, es originario de la cabecera municipal de Villa de Zaragoza, un municipio a una hora de la ciudad capital, de donde hace el viaje todos los días, por tradición familiar se ha dedicado a ser afilador de herramientas y sigue dedicándose a ello, pero desde hace poco menos de tres años le cayó la oportunidad de ser bolero y la aprovechó en búsqueda de complementar sus ingresos pero ahora se ha enamorado del oficio.

En plática casual, nos abre su corazón y comenta con nostalgia, que anteriormente sus tiempos libres los dedicaba a salirse con algunos amigos a tomarse unas copas, lo cual poco a poco fue afectando su salud, su calidad de vida, su situación económica y sobre todo la convivencia con su familia comenzó a fragmentarse.

Afortunadamente, por algunos conocidos y amigos que tenía entre la gente de “los huaracheros” con quienes ha laborado por el tema de las herramientas, conoció a una persona que contaba con un carrito y con un puesto de dar grasa en plena Plaza de Armas y platicando con él, le propuso que si no quería aprovechar este espacio, durante las horas que el se tomaba para ir a comer o los fines de semana, viendo su situación por supuesto que aceptó a pesar de no saber mucho de que se trataba el trabajo.

Ahora, ya se ha vuelto experto en el oficio, se dice contento de poder haber conocido este trabajo que le ha permitido conocer a muchas personas importantes, diputados, funcionarios y hasta el gobernador, además de enterarse de inmediato cuando hay movimientos sociales, manifestaciones etcétera.

Don Lalo mientras bolea unos zapatos que le encargaron, con una sonrisa en la boca, menciona que se ha podido dar cuenta del crecimiento de San Luis Potosí los últimos años, cada vez son más los extranjeros que pasean por el centro e incluso se acercan a que les de servicio “han venido chinos, japoneses, alemanes y hasta gente que me pareció que eran de la India, no lo sé bien, porque regularmente no hablar español y no les entiendo, pero siempre con una sonrisa y a señas nos arreglamos, siempre han sido muy amables conmigo”.

A pesar de que le va bien como bolero y de que le encanta estar sino es trabajando, viendo solamenta la gente pasear por la plaza, reconoce que a veces el trabajo se pone difícil, no es sencillo, sobre todo cuando hay mucha demanda pero lo que más le incomoda es que ha tenido diferencias con algunos de sus compañeros, los otros boleros que se encuentran en la plaza “yo creo que es envidia o piensan que uno les roba la clientela, pero la verdad es que hay gente para todos y la gente regresa con quien los trata mejor, yo creo que somos un gremio que deberíamos estar más unidos”.

Finalmente, nos comenta que este 24 de diciembre solo trabajará hasta las 3 de la tarde, porque piensa irse temprano a su casa en Villa de Zaragoza y poder disfrutar de estas fiestas en familia, llevando el pan que todos los días se necesita.

gpl

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