Viaja siempre junto al canciller Marcelo Ebrard Casaubon, lo mismo a misiones diplomáticas oficiales en otros países, que a eventos oficiales dentro de la República, como una especie de “asesor externo”. Se encarga igual de contratar servicios para eventos oficiales de la Secretaría de Relaciones Exteriores, pagados con recursos públicos, como catering y transportación local, que de la logística de reuniones importantes, tal como lo hizo en el reciente US México CEO Dialogue en Mérida, el 12 de abril pasado, o en el encuentro de los alcaldes de Norteamérica que tuvo lugar en Los Cabos del pasado 6 al 8 de junio, ambos encuentros a los que asistió el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Se llama Javier López Casarín y aunque oficialmente no tiene un cargo ni aparece en el directorio o en la nómina de la Secretaría de Relaciones Exteriores ni tampoco en el del Gobierno Federal, le fue expedido un Pasaporte Diplomático a su nombre “López Casarín Javier Joaquín”, en el que se ostenta como “Director General de la Secretaría de Relaciones Exteriores”, un cargo que no existe en la estructura ni el organigrama de esa dependencia federal. El número de dicho Pasaporte Diplomático es D00058887, y fue expedido el 17 de enero de 2019, con vigencia de un año, por lo que caduca hasta el 17 de enero de 2020, y está firmado por el Director General de Delegaciones, Carlos Alfonso Candelaria López.

Públicamente Javier López Casarín se ostenta en entrevistas con medios y en sus perfiles de redes sociales como “Innovador, Empresario y Emprendedor Social” y también como Presidente de la Fundación “Reinventando a México” y nunca menciona ser funcionario de Relaciones Exteriores. Se define él mismo como “Luchador social incansable, de pensamiento claro y firme” y se dice a favor de promover la “innovación en México”, materia sobre la que incluso ha publicado un libro titulado Innovación, una actitud, publicado por Editorial Miguel Ángel Porrúa, en el que propone “atreverse a hacer las cosas de manera distinta… abandonar la inseguridad y dar un paso a la curiosidad, al riesgo; y dejar de lado el conformismo en el que nuestra sociedad se ha estancado”.

El  Reglamento de Pasaportes vigente, señala que el Pasaporte Diplomático sólo los otorga y refrenda la SRE al  Presidente de la República y  a los ex presidentes; presidentes de las Cámaras de Diputados y Senadores; gobernadores de los estados, ministros de la Corte,  secretarios de Estado y jefes de departamento administrativo, jefe del Departamento del Distrito Federal (hoy jefe de Gobierno de la CDMX),  procurador general de la República  (hoy Fiscal General) procurador general de Justicia capitalino, secretarios particular y privado del Presidente y jefe del Estado Mayor Presidencial, subsecretarios de Estado, subprocuradores de las Procuradurías de la República y de  la CDMX, secretarios generales de departamentos administrativos. También podrán acceder a él: miembros del Servicio Exterior Mexicano (SEM), funcionarios administrativos del SEM, para comisiones que lo requieran; personal asimilado al SEM, en comisión en el extranjero; cónyuge e hijos menores de edad de las personas mencionadas, cónyuge e hijos menores de 18 años y hasta 25 años, si son solteros, así como a hijos incapacitados independientemente de su edad y a dependientes económicos, siempre que no sean residentes permanentes del Estado receptor.

A pesar de que no ocupa ninguno de los puestos mencionados, López Casarín viaja con su Pasaporte Diplomático y ha acompañado al titular de la SRE en viajes oficiales. Se le vio junto a Marcelo Ebrard en Nueva York, el 21 de enero pasado, cuando el canciller viajó como parte de la comitiva enviada por el presidente López Obrador para comprar las 571 pipas que el gobierno de México adquirió para transportar gasolinas a todo el país, durante la crisis de los gasoductos. Según testimonios de funcionarios que estuvieron en Nueva York, Javier López acompañó a Ebrard en reuniones con la secretarias de Economía, Graciela Márquez, de Función Pública, Irma Sandoval y la Oficial Mayor de Hacienda, Raquel Buenrostro. Incluso, como Buenrostro no dejó decidir al canciller sobre la compra, éste se regresó a México pero dejó a Casarín para que le informara de la compra.

La confianza que le tiene el canciller mexicano a López Casarín, a pesar de no tener un cargo formal en la Secretaría, es tal ,que desde antes de tomar posesión Marcelo Ebrard ya lo llevaba a sus reuniones a Washington y lo presentaba como “su estratega y mano derecha”. Así lo relata el consultor y cabildero, Rubén Olmos, presidente de Global Nexus, con sede en Washington, quien narra cómo él ayudó a López Casarín a elaborar “una lista de invitados de legisladores y gobernadores de EU a la toma de posesión del presidente López Obrador”, el 1 de diciembre de 2018, lista en la que Casarín incluyó a Mike Pence, Ivanka Trump, Kirjsten Nielsen, gobernadores, senadores, diputados y académicos de Estados Unidos. “La mano de Ebrard y de su estratega y mano derecha en asuntos con Estados Unidos, Javier Lopez Casarín empieza a rendir frutos”, dice el consultor en EU en un comentario difundido en radio.

Sería muy bueno que, en aras de la transparencia y la legalidad, en la Cancillería mexicana explicaran exactamente qué función desempeña el empresario Javier López Casarín, por qué organiza eventos oficiales de la SRE y contrata servicios y, lo más delicado, por qué le fue expedido un Pasaporte Diplomático Oficial si no tiene un cargo público que lo amerite. Puede ser que Marcelo Ebrard tenga mucha confianza en él y que, según afirman funcionarios que pidieron el anonimato, tenga “algunos negocios” con López Casarín y con su madre Gisela Casarín, que tiene una empresa de Relaciones Públicas, pero nada de eso justifica que viaje con él en comisiones oficiales o que tome decisiones y hasta contrataciones en Relaciones Exteriores ¿o sí?
 
NOTAS INDISCRETAS…Todo apunta a que las cosas en Morena se están inclinando a favor del diputado Mario Delgado. El fin de semana se escucharon expresiones de adhesión que, tal vez en la 4T les llamen “simpatías”, pero que en el viejo régimen priista sonaban a “cargada”. Por ejemplo, el líder de la CATEM, Pedro Haces, quien fuera senador de Morena, que dijo abiertamente que “para mí Mario Delgado sería el mejor dirigente que pudiera tener Morena, es un hombre de convicciones, que razona, y que ha hecho un gran trabajo en la Cámara de Diputados. Lo he platicado con diputados y senadores, de que Mario sería un gran presidente”. Y lo mismo hizo este fin de semana el gobernador de Tabasco, Adan Augusto López, quien sin ningún rubor soltó: “Hay un buen gallo para la dirigencia del partido, un colimense extraordinario y que es muy cercano al presidente”, dijo mientras abrazaba al diputado Mario Delgado, justo en la tierra de López Obrador. ¿Se soltó la cargada y la bufalada morenista?...Los dados mandan Serpiente doble. La semana se ve intensa.

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