Pedro César Carrizales Becerra, “El Mijis”, levantó una tremenda polémica por su forma de vestir, al grado que muchos lo llamaron “ratero”, “pandillero” y hasta “delincuente”. En el imaginario colectivo de quienes lo discriminan, su imagen es sinónimo de peligro y de persona non grata.

Pero su forma de vestir “no tiene nada de malo”, de hecho, viste mejor que muchos de quienes lo critican y les voy a decir por qué.

Vestir bien, según la imagen pública, significa portar un atuendo que cumpla el protocolo de la ocasión, que se tome en cuenta el objetivo a comunicar con la ropa y que se respete la esencia de quien la porta.

En las fotografías donde se ve a “El Mijis” en una rueda de prensa vestido con una camiseta blanca, un paliacate al cuello y una larga cadena sobre el pecho se cumplen perfectamente los requisitos antes descritos.

“El Mijis” aparece al centro de una mesa, rodeado de chavos banda. Su ropa permite que sus tatuajes estén a la vista de todos, por lo que se ve más poderoso que los demás. Él es el líder, pero sus manos cruzadas revelan que está en una actitud de escucha y quienes lo siguen lo saben, se les nota en la mirada y en la actitud tranquila.

Pedro, “El Mijis”, cumplió el protocolo, porque se vistió con una ropa que lo hacía parecer el líder; su ropa decía a gritos que es un chavo banda, como era su objetivo, y en ningún momento negó su esencia.

Que el estereotipo de su vestimenta provoque miedo y rechazo en otros sectores sociales no es algo que les interese, porque los chavos banda no se visten para agradar a otros, sino para reafirmar su sentido de pertenencia. Quienes los discriminan deberán aprender que los chavos banda son un sector social más, digno de respeto, y que no todos los que lo integran se dedican a delinquir.

Pero las miradas críticas no solo hablaron de su pasado, también cuestionaron su futuro. ¿Cómo debe vestir “El Mijis” una vez que llegue al Congreso?

Les respondo:

1-Los diputados son representantes populares, no son asalariados, no tienen un horario fijo. Es decir, se equivocan quienes creen que al Congreso hay que ir siempre de traje o por lo menos respetar el código “business casual”. No, aunque las reglas de etiqueta profesional marcan que el código mínimo laboral es el “business casual”, los diputados no son trabajadores comunes y corrientes. Durante 3 años representan a un sector social y “El Mijis” llega al Congreso para representar a los chavos banda.

2-“El Mijis” deberá acudir al Congreso como un chavo banda, pero no como uno más, sino como el líder de los chavos banda. Si un día cualquiera lo visitan sus compañeros, debe notarse que el líder es él. Un diputado ganadero debe vestirse como tal, un diputado comerciante debe vestirse como tal, un diputado empresario debe vestirse como tal, un diputado político debe vestirse como tal.

3-Ciertamente el Congreso tiene sesiones ordinarias, solemnes y reuniones de comisiones que exigen otro código de vestimenta. A estas reuniones “El Mijis” deberá acudir con vestimenta formal o “smart casual”, porque así lo marca el protocolo de su investidura, pero sin perder su esencia, es decir, con algún accesorio o prenda que permita identificar quién es. Si se pierde entre el resto de legisladores habrá cometido un grave error en imagen pública. Habrá dado la espalda a quienes representa y negado su esencia.

El caso de “El Mijis” debe servir para romper paradigmas, estereotipos, pero también para entender que los diputados no pertenecen a una “casta privilegiada”, sino que son representantes ciudadanos y que no deben olvidarlo mientras permanecen en el cargo.

Expertos en imagen criticaron hace unos meses que ningún candidato presidencial se haya atrevido a romper el protocolo en los debates, a pesar de que los debates son una ocasión privilegiada para enviar mensajes al electorado, porque a veces es más importante el mensaje que el protocolo. Ojalá los nuevos diputados se atrevan a comunicar quiénes son y que “El Mijis” sea fiel a su esencia y al sector que busca hacer visible.

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