En los primeros días de junio pasado, en Taxco, Guerrero, líderes de organizaciones y comisarios ejidales del ese municipio fueron “levantados” por un grupo de la delincuencia organizada.

Atados, vendados de los ojos, los llevaron al municipio de Tetipac.

Ahí, un jefe criminal les dijo que 72 horas antes de las elecciones del 6 de junio les harían saber por qué candidato tendrían que votar, para el cargo de presidente municipal de Taxco, ellos, los pobladores de sus comunidades y los agremiados de sus organizaciones.

Les dijeron también que hombres armados estarían apostados en las casillas, para “verificar” que se cumplieran estas indicaciones: deberían mostrar las boletas antes de ingresarlas en las urnas.

También los líderes de la zona urbana de Taxco –del transporte público, de los camiones materialistas, de tianguistas de plata, así como los representantes de la masa, los tablajeros, los carniceros, los panaderos, entre otras organizaciones locales, fueron citados en Tetipac.

De acuerdo con un documento que esta mañana van a entregar a Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos, los presidente de los partidos PRI, PAN y PRD, el jefe de plaza de Taxco indicó a los líderes y los comisarios que se había decidido que el cártel favoreciera al candidato Mario Figueroa, del partido Fuerza por México –investigaciones del gobierno federal consultadas por el columnista revelan que Figueroa iba “palomeado” por el Cártel Jalisco Nueva Generación, CJNG.

El informe señala que los criminales “entregaron a los líderes una serie de números telefónicos a los que sus agremiados tendrían que enviar fotografías con la boleta electoral marcada como se había indicado”.

Esta historia se conoce solo porque el Bloque Único de Transportistas de Taxco se atrevió a denunciar que aquel 2 de junio, desde muy temprano, los permisionarios de transporte público –tanto taxis como rutas colectivas y foráneas– recibieron llamadas y mensajes telefónicos en los que se les ordenaba, bajo amenaza de muerte, recopilar por lo menos diez credenciales de electo de sus agremiados y llevarlas al municipio de Tetipac.

A esos mismos permisionarios se les exigió llevar a su gente “a un cierre de campaña el día de hoy [2 de junio], bajo amenaza de muerte”. Era el cierre que el grupo criminal había “autorizado”.

El de Mario Figueroa, de Fuerza por México (ligado al partido en el gobierno).

El 6 de junio, un hombre irrumpió en la casilla 1440 de Tijuana, Baja California, y arrojó ante los representantes una cabeza cercenada “con los ojos abiertos”.

El documento que la oposición aliancista entregó hoy en la OEA, apunta que esa imagen es “la metáfora perfecta” de la intromisión del crimen organizado “no solo en el día de las elecciones en que iban a disputarse 20,500 cargos” sino también “de los meses que las precedieron y de los días que han seguido después”.

La denuncia entregada hoy a Almagro señala que “durante meses, los avisos de amenazas, secuestros y asesinatos sufridos por los candidatos y los aspirantes, trajeron la advertencia de que la violencia y la coerción criminal iban a estar presentes como nunca antes en estos comicios, lo más grandes de la joven democracia americana”.

Con el recuento de lo ocurrido en Sinaloa, donde el cártel de los Chapitos operó para inmovilizar a la estructura electoral de PRI; con el recuento de lo ocurrido en el Estado de México, donde Familia Michoacana operó para desactivar candidatos incómodos, tal cual fue el caso de la candidata Zudikey Rodríguez; con lo ocurrido en Guerrero y  Michoacán –este último estado en donde el Cártel Jalisco operó abiertamente en favor de Morena, según consta en denuncias firmadas con nombre y apellido por funcionarios y representantes.

Como ocurrió en Guanajuato, San Luis Potosí y Veracruz,  en las pasadas elecciones del 6 de junio, un proceso “teñido de sangre” y “de violencia”,  regiones y franjas enteras del país  “quedaron bajo el control del crimen organizado”.

Los partidos de la coalición opositora –se lee en el documento entregado a Almagro–, entregaron a la OEA una todavía incompleta relación de hechos, “a la espera de que su denuncia ayude a acercar a México a la “normalidad democrática “.

“El relato de la jornada electoral del 6 de junio, hecha por miembros de partidos en distintos estados, coincide en un hecho. El crimen organizado apoyó, impuso, reprobó y asesinó aspirantes en la mayor parte de los estados del país".

Leo el informe. Es tremendo.

Transmite o sugiere la tragedia de lo que ocurrió en México el 6 de junio pasado revela algo peor: el México que comenzará a existir cuando los candidatos del narco tomen posesión de sus cargos.

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