La defensa política a ultranza que emprendieron desde la 4T este fin de semana es el anticipo del espaldarazo que hoy, una vez más, le dará el presidente López Obrador al subsecretario Hugo López-Gatell ante la petición de renuncia que 9 gobernadores del país hicieron el viernes en contra del encargado nacional de la pandemia. Durante todo el fin de semana, la estrategia dictada desde Palacio fue mandar a todas las baterías: congresistas, dirigentes, funcionarios y hasta la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, para “acuerpar” a Gatell y desestimar y deslegitimar la petición de los mandatarios estatales.
El presidente simplemente ratificará hoy su confianza en el epidemiólogo al que le delegó todas las decisiones importantes en el manejo de la pandemia —incluso por encima de la Constitución que mandata que sea el Consejo de Salubridad General el que dicte las acciones, medidas y normas en una emergencia sanitaria como la que vivimos— y volverá a decir seguramente que todo es “politiquería” y “grilla” sin atender siquiera los argumentos esgrimidos por los gobernadores que representan a casi el 37% de la población nacional que habita en sus estados.
Así que las cosas seguirán como hasta ahora y la estrategia federal contra el Covid19 se mantendrá tal cual con sus casi 48 mil muertos contabilizados oficialmente hasta ayer y más de 439 mil contagiados. Ni la economía en recesión profunda y en su peor derrumbe de la historia, ni las advertencias de empobrecimiento y la pérdida de empleos y de ingresos de los mexicanos que han hecho el Coneval y el Inegi, serán atendidos ni provocarán, al menos no por ahora, un cambio de timón en la actuación federal en esta pandemia que ya empieza a ser el peor desastre humanitario, económico y social de la historia reciente del país.
La razón por la que el presidente no moverá a Hugo López-Gatell ni le pedirá su renuncia, a pesar de que lo pidan gobernadores de la República y muchos mexicanos, es simple y nos la explicaba un alto funcionario del gobierno: “Gatell es en estos momentos el pararrayos presidencial. Sobre él recaen todas las presiones, acusaciones y señalamientos de responsabilidad por las cifras crecientes de muertos y contagiados del Covid y por eso precisamente van a mantenerlo hasta que aguante. Si no le echan la culpa al epidemiólogo que se equivocó en todas sus proyecciones y en sus modelos de vigilancia y hasta en el método de contención de la enfermedad ¿a quién se la echarían?”.
En ese sentido es que López-Gatell, aún con todos sus errores y equivocaciones, seguirá siendo una especia de “escudo protector” para el presidente López Obrador que lo mantendrá hasta que ya no le sirva y, muy probablemente, aunque le den una salida digna en algún nuevo organismo público o en otra encomienda, la idea es que el subsecretario que sí ha tenido un enorme poder de decisión, incluso por encima del titular de Salud, Jorge Alcocer y, ni se diga del Consejo de Salubridad General que debió haber sido el que tomara las decisiones y dictara las normas según la Constitución, se lleve cuando se vaya todo el desgaste, las responsabilidades y las culpas que inevitablemente reclamarán los mexicanos doblemente dolidos y golpeados por las pérdidas humanas y por la crisis económica.
Pero mientras eso suceda y en tanto el subsecretario López-Gatell siga deteniendo los rayos y descargas políticas, evitando que éstos le lleguen al presidente, seguirá firme y conduciendo la pandemia al desastre en que se está convirtiendo. Y si resistió el embate de 9 gobernadores, incluidos los de algunos de los estados más poblados e importantes económicamente del país, quiere decir que el doctor aún le es útil al presidente, aunque desde hace rato haya dejado de serle útil al país y a los mexicanos a juzgar por la situación de la pandemia y sus dramáticos efectos.
NOTAS INDISCRETAS… El mensaje importante tras la detención del Marro en Guanajuato, más que festinar como lo hicieron el presidente López Obrador y el gobernador Diego Sinhue, es que si realmente hay voluntad y decisión de someter a los criminales y al narcotráfico en este sexenio, el caso de José Antonio Yepez debe ser el primero de otros golpes importantes que necesitan las organizaciones criminales para que no se sientan con el poder de desafiar o de rendir al Estado mexicano. Si a este sujeto que nunca pasó de ser un vulgar ladrón, al que las redes de complicidad política e ineficiencia gubernamental, le permitieron crecer hasta convertirse en un violento capo que amenazaba a los gobernantes y a la sociedad y que fue capaz de poner en jaque a una entidad productiva y pacífica como Guanajuato al mando de un grupo de violentos sicarios, se le pudo detener sin soltar un solo disparo, fue por la estrategia conjunta que durante meses llevaron a cabo las fuerzas federales, el Ejército principalmente y las policías estatales de Guanajuato. Entre las labores de inteligencia, las detenciones de su círculo operativo y familiar más cercano y, sobre todo el haberle ido minando su base social en los municipios que llegó a controlar, al final se le pudo detener y, esperemos, desarticular a su grupo. Ese es sin duda un logro sí del gobierno de López Obrador pero también de la administración de Guanajuato. Y quizás ahí esté el mayor mensaje de todo esto: ningún nivel de gobierno, ni siquiera el federal, puede solo contra la amenaza y el poderío del crimen organizado y sí no van juntos, la Federación, los estados y los municipios, con el apoyo de la sociedad, no habrá poder que les haga frente a los violentos que se sienten dueños del país…Ahora sólo falta ver si después del Marro siguen otros delincuentes que amenazan y desafían al Estado como Nemesio Oseguera “El Mencho”, porque de lo contrario parecería que con una captura tan importante como la de ayer domingo, sólo le estarían limpiando una plaza al CJNG…
Al senador Napoleón Gómez Urrutia no le gustó el anuncio de la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, de que el rescate de los cuerpos de los 63 mineros muertos y enterrados en Pasta de Conchos podría tardar hasta 8 años. El líder del Sindicato Minero se reunió después del anuncio de Alcalde con las viudas de los mineros para cuestionar el plan de la secretaria y agitarlas para que acudan ante el presidente López Obrador a pedirle que revise la actuación de Luisa María. Pero de fondo también hay otros motivos para el desencuentro entre la titular del Trabajo y el senador y líder minero, pues la primera le ganó a Napoleón la partida en la designación del nuevo Centro Federal de Conciliación y Arbitraje, una de las nuevas instancias de la Reforma laboral para la cual los senadores votaron a favor de Alfredo Domínguez, el candidato de Alcalde, y desecharon a la candidata de su compañero Gómez Urrutia, María Estela Ríos. Así es que viene fuerte el pleito en el ámbito laboral y amenaza con llegarle hasta el presidente…Los dados mandan Escalera Doble. Luce buena la semana.