“Hay pocas cosas más repugnantes que la obediencia ciega” Patrick Rothfuss.

Aquí nos sentimos temerarios, hasta creemos que podemos burlar la muerte. Somos aventados, rebeldones y confiados. El coronavirus, en una de esas, pensamos, nos hará lo que el viento a Juárez.

No todos somos así, el pueblo bueno y sabio tiene, en su mayoría, gente responsable que intenta acatar las medidas de distanciamiento social y confinamiento, algunos lo hacen por un miedo irracional basado en teorías conspirativas de lo más extravagantes, por ejemplo, a través de WhatsApp circula la voz de una persona que jura que el virus es liberado por las noches porque el gobierno quiere matar a los viejitos y dejar de mantenerlos, además, recomienda que cierres las ventanas y puertas para dejar la enfermedad “afuera”.

Y no somos los únicos con idiosincrasias creativas... En Europa, miles de fanáticos de las teorías de la conspiración se organizan para incendiar o destruir antenas de las redes 5G porque, basados en youtubers que no se basan en absolutamente nada, dicen que así están transmitiendo al bicho.

Nunca antes en la historia de la humanidad habíamos tenido tanta información científica y comprobada en tiempo real sobre una pandemia, en comparación con las 50 millones de personas que cobró la gripe española, el coronavirus quizá no rebase las 2 millones de fatalidades a nivel global gracias a que todos los países hemos tomado medidas, sin embargo, éstas no han sido homogéneas.

En oriente se les da mucho más la obediencia que en occidente, la colectividad se impone a la individualidad con sus respectivas excepciones, claro. Tal vez por eso es que Japón, sin necesidad de imponer estrictas medidas de confinamiento, tiene una de las tasas más bajas de letalidad y ha mantenido a raya los contagios. En Singapur, optaron por la utilización de detectives de enfermedades que rastrean los contactos (los contactos de los contactos) de individuos que han dado positivo y terminan por aislarlos, en proporción a su población en ambos países se han realizado muchísimas pruebas.

Un pueblo pequeño pueblo italiano llamado Vo' Euganeo logró la contención total del virus gracias a un aislamiento estricto, algo no visto desde las épocas de guerra, cerraron sus fronteras y dejaron pasar únicamente camiones para abastecer lo más elemental, prácticamente todo su pueblo, de unos 3,500 habitantes, fue sometido a pruebas, cantaron victoria muy pronto pues después de 0 contagios volvieron a reportarse personas enfermas.

En México no podemos replicar lo que sucedió en Vo, ni tampoco tenemos la disciplina de los orientales. Los datos están ahí y muestran que lo peor está por venir en las siguientes semanas, así que tendremos que confiar en que nos portaremos bien y acataremos las medidas de confinamiento sin ningún apoyo económico real… ¡Que Dios nos agarre confesados!

DE COLOFÓN

La gente no está tomando en serio la cuarentena en la Ciudad de México, aunque no como antes, vuelve el tráfico y la gente sale desesperada a buscar trabajo para llevar comida a casa. El gobierno sigue apostando que es una crisis transicional y la realidad se le impone poco a poco. Israel, Alemania y otros países comienzan a restablecer la normalidad poco a poco, pero ellos actuaron muchísimo antes que nosotros.

  @LuisCardenasMX

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