La tragedia de los feminicidios en México no es nueva, pero en semanas recientes parece más terrible.

Lo sanguinario y las circunstancias de esos asesinatos rebasan cada vez más a nuestra capacidad de asombro e indignación. Pero la pregunta capital es ¿por qué?

Esta semana, el presidente de la Corte, el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, lo explicó de manera impecable e implacable ante universitarios:

“¿Por qué los hombres matan mujeres todos los días? Porque pueden y porque no pasa nada, porque no hay consecuencias,porque los feminicidios no se investigan, porque cuando se investigan, se investigan mal y, como se investigan mal, por regla general las carpetas en las fiscalías no se arman adecuadamente y de ahí viene después la impunidad con las resoluciones, pero los asuntos que se judicializan de desapariciones y muertes de mujeres son una minoría casi insignificante”.

La situación es gravísima y aunque la tenemos frente a nuestros ojos, no la queremos ver:

“Hay dos razones que generan esta tragedia nacional: primero, la cultura machista que se viene repitiendo de generación en generación en la cual las mujeres son solo un objeto del cual los hombres pueden disponer a su discreción, una cultura que empieza en los hogares pero que se perpetúa en las escuelas y en las universidades y cuando tenemos ambientes donde permitimos que maestros y alumnos acosen a las alumnas, cuando no establecemos políticas de cero tolerancia, al lenguaje, a los chistes, a las miradas y al multi acoso que sufren todas las mujeres” (…) “Cuando culpamos a las víctimas de feminicidio o desaparición, cuando decimos desde los centros de autoridad o desde los medios o desde las charlas, que las mujeres tienen la culpa porque usaron minifalda, porque salieron de noche, porque las dejaron las amigas. Lo más novedoso ahora es porque tienen una familia destruida, donde no tienen armonía ni cariño. Nada justifica que maten a las mujeres”.

Y la segunda razón, aseguró el ministro presidente, es por la impunidad, porque no hay consecuencias.

Tristemente, no es un asunto menor:

“Estamos en un país donde matan en promedio a diez mujeres al día, estamos en un país en donde las mujeres y las niñas desaparecen y las matan con total impunidad mientras la sociedad y las autoridades volteamos a otro lado” (…) Las chicas que salen a protestar lo hacen con energía, con fuerza, a veces con violencia ¿por qué?, porque las están matando, porque las están violando, porque las están desapareciendo. Tenemos que voltear a verlas, tenemos que conectar con su dolor”

Y dijo algo que ahora parece dificilísimo:

“Tenemos que construir un país donde cualquier mujer pueda estar en la calle a cualquier hora, vestida como ella lo determine y no por eso atacar y se le desaparezca” (…) “En ese país se es pobre y mujer y se puede desaparecer a esta persona y nadie la busca” (…) “Más allá de discursos, y más allá de todo lo que podamos decir, requerimos tomar medidas urgentes y no multiplicar las excusas. Todas y todos tenemos una responsabilidad (…) Debemos celebrar una gran alianza en contra de los feminicidas”.

Y, en efecto, como dijo el presidente de la Corte, mientras eso no ocurra este no país no tendrá seguridad, no tendrá justicia y no tendrá paz.

Ahí está el diagnóstico. Falta ver si las autoridades “responsables” cumplen con su deber y si la sociedad permanece indiferente, apática y omisa.

Monitor republicano

Solo para el récord, según cifras oficiales, en lo que va del actual gobierno se han registrado 3,200 feminicidios. Solo en 2022, 229. Son los “registrados”, ¿cuántos serán realmente los ocurridos?

anarciae@gmail.com

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