Van avanzando rápido varias agrupaciones políticas para, a principios del año entrante, lograr constituirse como partidos políticos. De hecho, es probable que —a reserva de la verificación que haga el Instituto Nacional Electoral— se formen cinco nuevos partidos políticos, dados los avances que han tenido en la afiliación de militantes:

1) Redes Sociales Progresistas, vinculado a la maestra Elba Esther Gordillo; 2) Grupo Social Promotor de México, una variante del viejo PANAL, vinculado a Luis Castro y el SNTE (ambas agrupaciones ya habrían cumplido el número de afiliados requeridos); 3) Encuentro Solidario, vinculado al PES de Hugo Eric Flores; 4) Libertad y Responsabilidad Democrática, de Margarita Zavala y Felipe Calderón; y, 5) Fundación Alternativa de César Augusto Santiago, que parece recuperar algo del priismo de antaño.

La nota podría ser que, salvo por el partido de los Calderón, cuatro de los cinco partidos en vías de creación se van a disputar el mismo y competido mercado electoral: el de centro-izquierda, hasta ahora dominado por Morena, en competencia directa con el PRI, MC y PT que también se ubican en esta parte del espectro político. Con ello, habría ocho partidos disputando los votos del sector centro-izquierda, con el agravante de que sólo Morena tiene un gran líder carismático (el Presidente) y que además cuenta con 270 mil millones de pesos en programas sociales para buscar sus votos.

Pero la nota la darán quienes buscan el voto de derecha: el PAN y Libertad y Responsabilidad Democrática. El primero ya tendría acuerdos para postular a la Cámara de Diputados, en 2021, al expresidente Vicente Fox, y al excandidato presidencial, Ricardo Anaya. Por el segundo partido iría el otro expresidente Felipe Calderón. Con ello, la derecha mexicana busca tener figuras de muy alto perfil público. Eso explicaría por qué tanto activismo de ambos expresidentes en redes sociales, marchas y conferencias.

Además, en la ruta de estos partidos vendrá, en 2022, lo que podría ser la revocación de mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador (o no descartable aún el precedente para sondear una reelección), por lo que la derecha empieza a buscar tener una potente y mediática representación en la integración de la nueva Cámara de Diputados.

Hasta ahora, Morena ha tenido poca oposición política y mediática en el Congreso. De hecho, a menudo parece que ésta es inexistente. Pero este partido, que ya empieza a darse cuenta de que la oposición se prepara para dar una importante batalla a partir de 2021 y en los años venideros, está ya analizando nuevas formas para seleccionar a sus legisladores y saben que hacerlo por tómbola no les garantiza perfiles idóneos para los debates que vendrán.

Así que expresidentes y expresidenciables ya están apuntados para ser diputados federales y desde ahora traen todo tipo de estrategias: unos para posicionarse ante la opinión pública (Fox y Calderón); y otro para limpiar su expediente político-mediático de las acusaciones vertidas en la pasada contienda electoral (Anaya).

Ahora, en lo que usted observa y escucha de Vicente Fox, Felipe Calderón y Ricardo Anaya, tome en cuenta que es parte de una estrategia política bien diseñada. Algo bueno de todo esto es que la Cámara de Diputados será más divertida que los monólogos que se dan hoy ahí. Y seguramente esto también subirá el rating del Canal del Congreso.

Cambiando de tema: el engaño al movimiento feminista en México

Es un engaño lo que desde el Congreso pretenden aprobar hoy en el Senado (ya pasó por Diputados). Dentro de las sanciones en la ley electoral (LGIPE), se está aprobando una adición al artículo 456, inciso G, VI) señalando que por “reincidencia sistemática en conductas relacionadas con violencia política en razón de género… (se) realice la cancelación de concesiones de radio o televisión”.

¿Por qué sólo es sancionable la violencia política y no la violencia contra las mujeres en lo general? ¿Vale más la dignidad y el crecimiento profesional de una mujer que está en la política, al de una que no lo es? ¿Qué son las conductas sistemáticas en violencia política? (el dictamen no trae una sola línea al respecto). Si no hubo una sola denuncia de violencia política en estaciones de radiodifusión durante las elecciones federales de 2015 ni de 2018, ¿por qué ir en contra de éstas? ¿Acaso todo tiene como pretexto censurar y acallar a algunas estaciones (críticas) de radio y TV?

Si realmente hubiera el ánimo de hacer avanzar una agenda feminista, habrían ordenado destinar una porción de los spots de los partidos políticos a generar conciencia sobre la enorme problemática que hay y, desde luego, a llamar a sancionar la violencia en cualquier medio de comunicación contra cualquier mujer. No sólo la que afecta a las mujeres en la política y no sólo en radio y TV. Basta con ver el hostigamiento del que fue víctima Karen Espíndola la semana pasada

La responsable del dictamen es la Comisión de Igualdad de Género, en Diputados. Y la redacción del texto se achaca a la expresidenta del TEPJF, María del Carmen Alanís. Pero ella, consultada, negó ser la autora de este texto arbitrario, ininteligible, que discrimina, que no protege y que, además, puede ser un vehículo para realizar todo tipo de censuras. Ello sorprende, pues la abogada Alanís hizo el primer “Protocolo para Atender la Violencia Política Contra las Mujeres”, documento que sigue siendo un parteaguas en México.

Las mujeres de nuestro país merecen más que los espejitos que desde el Congreso les están dando. Ojalá que ahora que el Congreso tiene en cada Cámara a mujeres como Presidentas, corrijan el adefesio que les redactaron y lo sustituyan por algo que sí sirva.

Twitter: @JTejado

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