Angélica, de 41 años, y su hija Karla, de 16, fueron brutalmente asesinadas el 20 de abril pasado en Ecatepec. Habían asistido a un baile en Jardines de Morelos. Durante la fiesta, Karla hizo una transmisión a través de Facebook. Su madre bailaba salsa con un sujeto de saco claro. La transmisión registró tal vez el último beso que se dieron madre e hija.

Fueron encontradas al día siguiente en un baldío. Las habían golpeado, apuñalado y asfixiado. Por las circunstancias en que aparecieron los cuerpos se pensó que ambas mujeres habían sido víctimas de abuso sexual. Las pruebas periciales demostraron luego que no fue así. Las sacaron de la fiesta con la intención expresa de hacerles daño, según la Fiscalía General de Justicia del Estado de México. Bajo el cuerpo de Angélica, agentes de la Fiscalía Regional de Ecatepec hallaron una pequeña cadena. Supieron que muy posiblemente el caso estaba resuelto.

Familiares de Karla y Angélica conocieron la noticia la tarde del domingo 21. Una testigo que había estado en la fiesta, y que al avanzar la noche se retiró por cansancio (lo cual probablemente le salvó la vida), aportó información crucial: con quiénes estuvieron ambas mujeres, a qué habían ido al baile, con quiénes se quedaron al final.

La fiscalía informó ayer que todo se gestó desde las redes sociales. Angélica conoció en Facebook a un joven de 26 años: Brian, a quien apodan El Crush. Quedaron de verse en el baile que aquel sábado se celebró en la Sección Montes de Jardines de Morelos.

Angélica, sin embargo, no se asemejaba a la mujer que aparecía en su perfil de Facebook. Esto desató la ira del presunto asesino, sobre todo porque los dos amigos que lo acompañaron al baile, El Saladino (26 años) y El Charlie(18), se burlaron de él.

Según las autoridades, hacia las tres de la mañana El Crush sacó de la fiesta a las dos mujeres, “con el pretexto de llevarlas a su casa o de acompañarlas a comprar algo”. Cuando halló el momento oportuno —ese momento resultó un predio solitario y oscuro en el límite de Ecatepec y Acolman—, las atacó. La fiscalía sostiene que El Saladino y El Charlie le “ayudaron”.

Al conocer la versión de la testigo principal, los agentes revolvieron la cuenta de Facebook de Angélica. Encontraron la conversación con El Crush: ahí estaba el momento en que se ponían de acuerdo para encontrarse en el baile. Luego, los agentes empezaron a analizar la cuenta de este. Hallaron muy pronto el indicio que buscaban. La prueba fundamental, la cadena que apareció bajo el cuerpo de Angélica, aparecía también en varias de las fotos que El Crush había subido a su cuenta: la llevaba colgada al cuello. Cuando presentaron a la testigo las imágenes que habían encontrado, ella asintió: “Es él”.

El Crush es vendedor de ropa en un tianguis de Las Américas. Los agentes dicen que cuando fueron a detenerlo él parecía saber que tarde o temprano iban a encontrarlo. Una fuente de la fiscalía sostiene que Brian admitió que había cometido el crimen “por coraje”, “porque se sintió engañado”, y porque —como ya se dijo—, los amigos se habían burlado de él. Él mismo entregó a la Fiscalía Regional de Ecatepec los nombres y apodos de sus cómplices.

Los detenidos fueron llevados al Centro Preventivo y de Reinserción Social de Ecatepec. La orden de aprehensión fue girada por homicidio, y no por feminicidio. En la audiencia que se llevará a cabo hoy, el ministerio público hará la primera imputación e intentará reclasificar el delito. En todo caso, se conocerán más datos del doble asesinato: un doble asesinato dentro de la ola de violencia que azota a las mujeres en el Edomex —y que ha dejado la cifra brutal de 106 feminicidios cometidos en doce meses.

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