Vaya paradoja. Hace unos meses, Jorge Castañeda impulsaba la candidatura presidencial de Armando Ríos Piter. Organizó una cena para presentarlo con algunas personalidades que forman opinión pública. En ese momento, el senador guerrerrense, apodado El Jaguar, estaba en la compleja tarea de recolectar firmas de apoyo para presentar ante el INE y lograr su candidatura.

Sorprendió a varios de los asistentes que uno de los convidados a la cena era nada menos que Patricio Ballados, alto funcionario del Instituto Nacional Electoral. Ballados Villagómez es director ejecutivo de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE. Llamó mucho la atención su participación en una cena que era claramente un acto de campaña de un aspirante presidencial.

Quizá por eso, Ballados pidió la palabra y dijo que su presencia en la cena era a título personal. La explicación no mitigó las suspicacias y muchos siguieron viendo conflicto de interés.

Qué vueltas da la vida. Unos meses después, Jorge Castañeda es el coordinador de la campaña de Ricardo Anaya a Los Pinos. Armando Ríos Piter, después de ser exhibido por el INE como delincuente electoral, fue recibido gloriosamente por la campaña de José Antonio Meade. Y a Patricio Ballados han tenido que salir a defenderlo los consejeros del INE porque lo ha vilipendiado públicamente... ¡Ríos Piter!.. ¡el político a cuya cena de campaña asistió!

Ríos Piter culpa de sus desgracias al INE en general, pero notablemente a Ballados en particular, al grado que presentó una denuncia en su contra. El INE pegó una lamentable exhibida a Ríos Piter con el tema de las trampas para recolectar firmas. El asunto decepcionó, indignó y avergonzó a varios activistas e intelectuales que lo apoyaban. Fue de tal tamaño el presunto delito electoral del Jaguar que, a diferencia del Bronco, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación lo dejó solo, no ordenó al INE reinstalarlo en la boleta y simplemente instruyó que le dieran unas audiencias: El Jaguar sólo se presentó a una, y a medias. Casi confesión de parte. Eso sí, se dedicó a insultar al Instituto en declaraciones públicas… y rapidito consiguió chamba en la campaña de Meade (volvió al PRI, después de trabajar para el PAN, el propio PRI, el PRD, y coquetear con Movimiento Ciudadano y Morena).

SACIAMORBOS. Ha llegado a los negociadores mexicanos la versión de que Trump quiere usar el siguiente método para forzar a su Congreso a aprobar el nuevo TLC: cancelar el anterior por decreto, crear un periodo de impasse y así obligarlos a aprobar el nuevo. Lo que han pulsado los negociadores mexicanos en el Congreso estadounidense es que no les gusta nada esa ruta. Y que si Trump se va por ahí, rechazarían el nuevo TLC y se quedarían con el viejo, con tal de no darle una victoria al presidente. Para México el Plan A sería el nuevo TLC y el plan B sería el viejo.

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