En las últimas semanas los miembros del equipo de investigaciones especiales del medio de comunicación donde laboró nos dimos a la tarea de entrevistar a los 5 candidatos a la alcaldía de San Luis Potosí.

Ahora que las entrevistas ya están listas puedo decir con seguridad que si se toma en cuenta su capacidad para gobernar y su preparación intelectual, la lista quedaría como sigue:

1-Cecilia González

2-Xavier Nava Palacios

3-Leonel Serrato

4-Ricardo Gallardo

5-Alejandro García

Pero las elecciones no las gana siempre el más capaz para gobernar, ni el más preparado intelectualmente. Las gana el que tiene la mejor estrategia, el que proyecta la mejor imagen, el que logra convencer.

Finalmente, los candidatos son productos que se venden en la plaza pública y se les debe analizar como si fueran una marca.

No hay duda, el mejor candidato tiene nombre y apellido: Ricardo Gallardo Juárez.

Con cierto tono de soberbia reafirmó en la entrevista que a él no le interesa ir a un debate, porque la gente no quiere pleitos, la gente lo que quiere son obras, resultados y agregó que él ya demostró que cumple y que hace obras.

Y tiene razón: la reelección existe en muchos países, porque representa un espaldarazo a sus gobernantes. Es como si el pueblo dijera: no necesito pensar en un nuevo candidato, porque tenemos un gobernante que lo tiene todo.

A Ricardo Gallardo se le puede acusar de no tener un plan a futuro para la ciudad de San Luis Potosí y la zona metropolitana, como se demostró con el fracaso del Implan Metropolitano, pero la gente lo compra porque satisface sus necesidades más elementales.

San Luis no es una ciudad de empresarios, ni de una clase media consolidada. No somos como otras ciudades del Bajío, somos una ciudad marcada y lacerada por la pobreza, por el abandono de la clase política. El INEGI lo demuestra cuando detalla que el 40% de la población en San Luis gana entre 1 y 2 salarios mínimos.

Este amplio sector poblacional es el que apoya a Ricardo Gallardo y es más que suficiente para que gane las elecciones.

Se trata de hombres y mujeres que se sienten identificados con él porque no es un político como los demás, es un hombre del pueblo que viene desde abajo.

Y está haciendo lo que pocos: se está fijando en ellos. A los sectores más desfavorecidos de San Luis les importa muy poco si el gobierno municipal está aprobando escasos permisos para nuevos fraccionamientos, lo que les preocupa es que alguien pavimente sus calles de tierra, que se convierten en un lodazal cada que llueve.

A las madres trabajadoras, a las personas de la tercera edad lo que les interesa es un apoyo social, que les permita comer carne aunque sea una vez al mes.

Para ellos, Gallardo tiene una imagen pública impecable y no es un político que con el tiempo “saca el cobre”, porque cumplió las expectativas de los más desfavorecidos.

Para que San Luis tenga gobernantes que piensen a futuro, que proyecten una estrategia de crecimiento de la ciudad a 50 años debemos empezar por conseguir que ese 40% de potosinos acceda a mejores fuentes laborales, a educación.

En México los que definen las elecciones son los pobres y Gallardo es un excelente producto para ellos.

Google News