De acuerdo con informes de los servicios de inteligencia estadounidense, la firma china Huawei, el segundo vendedor de teléfonos inteligentes en el mundo, ha desarrollado “puertas traseras” en sus dispositivos para que el régimen chino pueda espiar a empresas y ciudadanos estadounidenses.

Al amparo de tal argumento, el 15 de mayo el presidente Donald Trump prohibió a compañías estadounidenses vender dispositivos Huawei en la Unión Americana, los cuales deben contar con licencias autorizadas por el gobierno de Estados Unidos.

Las sanciones a Huawei en realidad dieron inicio en el mes de enero del año en curso, cuando el gobierno del presidente Trump interpuso una demanda contra la citada firma china, afirmando que esta había conspirado para robar propiedad intelectual a la operadora T Mobile.

La situación se agravó el 19 de mayo, cuando Google informó que dejará de proporcionar actualizaciones de su sistema operativo y aplicaciones Android a dispositivos de la referida firma china, los cuales no podrán utilizar Gmail, Play Store, YouTube, Google Maps, entre otras aplicaciones. En el comunicado en el que Google dio a conocer tal postura, la firma estadounidense destacó que con tal medida “estaba cumpliendo con la orden –del presidente de Estados Unidos– y revisando las implicaciones”.

De acuerdo con Wikipedia, las acciones emprendidas por Google “podrían contribuir al desmantelamiento de toda la línea de producción de móviles de Huawei, dada la pérdida de credibilidad que supone para una empresa el no poder garantizar que sus teléfonos ya vendidos puedan seguir funcionando, además de las mayores restricciones para los futuros modelos que tuviera listos y en diseño para colocar en el mercado”.

Además, Intel, Qualcomm y Broadcom dejarán de suministrar chips a Huawei. La intención es obvia: se pretende paralizar a Huawei para eliminarla del mercado.

La administración del presidente Trump concedió tres meses a las compañías de telecomunicaciones que operan en la Unión Americana para enfrentar el impacto de la mencionada prohibición, la cual forma parte de la guerra comercial que libran Estados Unidos y China.

Esta batalla dio inicio el 22 de marzo de 2018, cuando el presidente de EU, con base en el artículo 301 de la Ley de Comercio de 1974 que sanciona a prácticas desleales de comercio y el robo de la propiedad intelectual, determinó imponer aranceles por 50 mil millones de dólares a productos chinos. En respuesta, el 2 de abril de 2018, el gobierrno de China impuso aranceles a más de 128 productos estadounidenses...

En respuesta a estas medidadas, Huawei dijo que continuará brindando actualizaciones de seguridad y servicios postventa a todos los teléfonos inteligentes y tabletas Huawei y Honor ya vendidos, o que se encuentran en stock en todo el mundo. Huawei, que presenta notables adelantos en materia de 5G, se encuentra trabajando en el desarrollo de su propio sistema operativo –HongMeng OS–, basado en Linux. Sin embargo, no podrá depender de este para asegurar su supervivencia en los exigentes mercados occidentales, acostumbrados no solo a Android, sino a las aplicaciones de Google.

Huawei goza de gran popularidad en China, donde se vive una especie de realidad digital alterna –las búsquedas son realizadas a través de Baidu, la alternativa a YouTube es Toktok (la tercera app más descargada durante 2018)–, y entre las redes sociales más empleadas destacan Sina Weibo, Youku y Wechat. Sin embargo, las referidas plataformas son desconocidas en occidente.

Todo permite suponer que las acciones emprendidas contra Huawei definitivamente frenarán su crecimiento internacional, forzándola a confinarse en China.

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