Estos días se han hecho anuncios relevantes en materia deportiva, hasta hace poco impensables dada la lógica de la 4T. Pero luego de que se valoró la derrama económica para México y lo importante de ésta para su alicaída industria turística —tras la desaparición de las instituciones públicas que promovían el turismo, como el Consejo de Promoción Turística—, la 4T empieza a ver con mejor ánimo a las grandes organizaciones deportivas de Estados Unidos y a sus aficionados en nuestro país.

La semana pasada se dio a conocer que los juegos de futbol americano de la NFL vendrán al Estadio Azteca, en la Ciudad de México, para este 2020 y también para el año entrante. Cada uno de los cuatro juegos de esta liga que se han llevado a cabo en el Azteca han sido de cupo completo. A cada uno de éstos han llegado más de 35 mil visitantes a la CDMX, mismos que en promedio se quedan tres noches. El resto del aforo del Estadio Azteca —otros 42 mil aficionados— provienen de la zona metropolitana.

Los juegos han sido un tremendo impulso para la industria del turismo nacional, al generar ocupación hotelera en toda la ciudad, así como beneficios económicos para restaurantes y tiendas. Las asociaciones que agrupan a las agencias de turismo y de viajes señalan que la derrama económica en torno a un juego de la NFL es de alrededor de 2 mil millones de pesos.

México es tan importante para la NFL que, junto con Inglaterra, se está disputando la sede para eventualmente tener a un equipo de los 32 que existen. Y, para muestra de su relevancia, tan sólo el domingo, cuatro canales de televisión —Canal 5, Azteca 7, ESPN y Fox— pagaron derechos de transmisión para llevar el juego del Super Bowl a nuestro país. Así que, mientras se define si algún equipo de la NFL vendrá a radicar a México, esta liga y sus patrocinadores han asegurado dos juegos más y miles de millones para la Ciudad de México.

También, en tres semanas se juega el Campeonato de golf de la PGA en el Club Chapultepec. Será su cuarta edición y los beneficios económicos rondarán 1.8 mil millones de pesos.

Otro evento deportivo de gran popularidad en Estados Unidos y que ha demostrado dejar una derrama económica importante aquí, es el Gran Premio de México de la Fórmula 1. Éste se ha celebrado ya por cinco años consecutivos en la Ciudad de México y cada año, desde 2015, ha recibido el premio de la Federación Internacional del Automóvil como el Mejor Evento del Año. El año pasado, la F1 volvió a romper su propio récord de asistencia al registrar una concurrencia de 345 mil personas en los tres días de eventos. De esta asistencia, 25% son turistas extranjeros.

En tres días de F1, según la Secretaría de Turismo de la Ciudad de México, se logró en 2019 una derrama económica de 4.2 mil millones de pesos en hoteles y restaurantes.

El único deporte que tiene mayor afición y profesionalismo en México que en Estados Unidos es el soccer. Esto, gracias a la Liga MX de primera división. Pero la cercanía de un Mundial trinacional en 2026, entre Canadá, Estados Unidos y México, abre la oportunidad para realizar alianzas que permitan formar una liga entre los tres países, a manera de incrementar la afición y el número de patrocinadores. Por ello, hay reportes de que se analiza una posible alianza entre la Liga MX y la Major League Soccer (MLS).

El deporte está probando ser una importante herramienta diplomática entre México y Estados Unidos, a la par de asegurar recursos y promoción para una CDMX urgida de estos. Para ello, la 4T ha tenido que modificar su discurso y ser más pro-empresarial, a la par de dar facilidades logísticas y de seguridad. Sin lugar a dudas, es un buen arreglo para la NFL, la PGA y la F1. Lo es también para sus millones de aficionados en México y, desde luego, para un país y una Ciudad de México urgidos de recursos económicos frescos y, sobre todo, de buenas narrativas.

Enhorabuena por las empresas mexicanas y sus directivos que no cejaron en sus intentos por aterrizar eventos de gran calado deportivo en México. También hay que agradecer la paciencia de las agrupaciones deportivas de Estados Unidos que, pudiendo buscar otros destinos, prefirieron seguir en México. Y, desde luego que hay que celebrar el cambio de giro de la 4T. Estos eventos son ahora de lo poco que tienen para presumir a nivel internacional. Acercar posiciones es siempre mejor que solamente polarizar.

Cambiando de temas:

a) ¿Qué viene en el Congreso?: El sábado pasado inició el periodo de sesiones del Congreso de la Unión. Se van a abordar muchos temas relevantes. Al parecer, el gobierno federal, la 4T y su bloque (mayoritario) de legisladores están siendo sensibles a la precaria situación económica que vive el país, por lo que intentarán no exacerbar más los ánimos con la iniciativa privada y la academia, lo que es una buena noticia. Con ello, temas como las reformas laboral, penal y judicial serán consensuadas y no tendrán mayores sorpresas.

La excepción en la búsqueda de consensos podría ser la reforma electoral, que hasta ahora sólo busca reducir el financiamiento público a los partidos de oposición y el nombramiento de nuevos consejeros en el INE. Ojalá no sea el caso, pues el INE también es un tema sensible para la certeza económica en el país.

b) Coronavirus: Bien por Uber México que notificó y desactivó las cuentas de clientes que habrían sido expuestos al coronavirus que portaba un turista chino. Muy mal por la Secretaría de Salud federal pues, de no haber sido por Uber, no nos hubiéramos enterado que ya hay casos y cuarentenas por el virus en México. Y muy, pero muy bien por China, que a pesar de arriesgar una crisis social y económica, ha puesto duras políticas para intentar contener el virus, ello en un marco de inusual transparencia. Todos debemos de agradecerles. Comprar productos chinos puede ser una forma de ayudarles en estos difíciles momentos.

Twitter: @JTejado

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