Denunciar acoso laboral es una de las decisiones más difíciles para las mujeres, la condición que enfrentan como jefas de familia, el miedo a perder el empleo y ser desacreditadas por sus compañeros, son una de las principales razones por las que se opta por no denunciar situaciones de acoso en los centros laborales, reconoció la activista y consejera del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Arely Torres Miranda, quien señaló que a pesar de que en los últimos años se ha logrado una concientización en el tema, sin embargo, aún falta mucho por hacer.

Detalló que en los últimos cinco años se registraron alrededor de 706 casos de acoso laboral en entidades federativas. En el 2013 se tomó registro de 24 quejas, en el 2014 la cifra incrementó a 84 casos. El 2015 ha sido el año con mayor número de quejas con 237, un año después, en el 2016 fueron 230. Finalmente hasta octubre del 2017 se tiene el registro de 131 casos. Es el Instituto Nacional Electoral (INE) la que ostenta más quejas.

Explicó que las conductas sociales han naturalizado los diferentes tipos de violencia, lo que limita identificarlas como tal, no obstante en los últimos años las diferentes organizaciones feministas han realizado una labor sobre la toma de conciencia, visibilizar los casos y aplicar mecanismos de denuncia.

Sin embargo, aún falta que las instituciones refuercen sus mecanismos de atención y solución ante cualquier tipo de violencia hacia las mujeres.

“Cuando las mujeres decidimos poner una denuncia, hacer visible los casos, los mecanismos no son los adecuados y llegan a la revictimización, por lo que optamos por resistirnos, asegura la consejera del Inmujeres.

Las instituciones aún no tienen los mecanismos para castigar los casos. Hay hechos en los que a pesar de haber videos, audios, o que grupos de mujeres deciden denunciar de manera masiva, se desestiman las acusaciones y no pasa más de una llamada de atención. Hacen falta instituciones eficientes, veloces y dignas”, puntualizó Torres Miranda.

Ejemplificó en caso de una chica identificada en redes sociales como “Lola” que el 26 de diciembre del 2016 denunció haber sido golpeada por un hombre afuera del restaurant-bar ubicado en el callejón San Francisco, quien después de hacer viral su caso en redes sociales, acudió a las instancias de procuración de justicia a presentar su denuncia, pero debido a la burocracia de las instituciones, finalmente decidió retirar la acusación.

Finalmente dijo que en los centros laborales pasa lo mismo, cuando los jefes toman conocimiento de los casos de acoso, a las mujeres víctimas son a las que mueven de puesto con la justificación de “retirarlas del peligro”, dejando al agresor sin sanción y con la libertad de seguir violentando a más mujeres, por lo que reconoció que aún falta mucho por hacer en este tema y seguirán las acciones para visibilizar el acoso en los centros de trabajo y exigir a las autoridades atención y resultados justos e inmediatos.

Con información de Wendy Jiménez.

vkc

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