Un año con el porcentaje más alto de un DT de la Selección Mexicana, pero también un año en el que no hubo  fuertes retos deportivos.

La Copa Oro en franco descenso de nivel de las selecciones que solían competir, con cambios generacionales muy marcados y problemas, y cambios con sus proyectos de técnicos.

En pocas palabras, la Concacaf vive una crisis aguda justo cuando el calendario FIFA te pone a jugar aún más partidos con las selecciones de tu confederación.

Eso lo sabe Gerardo el Tata Martino, quien tuvo que sopesar rápidamente las fiestas y grillas típicas de nuestros seleccionados, figuras y artistas de la parranda. Además la cultura deportiva de nuestros directivos. El común denominador fue la congruencia del Tata. 

Hace un año la selección cerró en medio de tempestades, ahora lo hace con la confianza y tranquilidad de tener un gran entrenador. 

La paradoja es el terrible y escueto calendario que México tendrá en  2020. Si se llega a lograr la negociación de poder estar en la Copa América del siguiente verano, sería un año muy productivo, de lo contrario lo más sensato es que Martino se meta de lleno en el equipo olímpico rumbo a Tokio para aprovechar que hoy tenemos un gran cuerpo técnico al frente del Tri.

¡Bienvenidos, bienvenidos! A un año en el que podemos decir que de no conseguir mejores rivales, todo esto podría ser una farsa más del Martinismo.

@EnriqueVonBeas

 

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