Llegó a mi teléfono celular un mensaje invitándome a participar en una marcha para exigir la renuncia del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Me llamó desagradablemente la atención la imagen de un águila devorando la cabeza degollada de un ganso, junto con la fecha del 5 de mayo, el lugar de la cita, el Ángel de la Independencia, y la hora, las 11 de la mañana.

Como, por mi edad, no puedo ya permitirme creer en la espontaneidad de estos eventos intenté investigar quiénes eran los principales convocantes.

El participante más notorio de esta marcha fue Vicente Fox Quesada, quien apenas hace un par de semanas agradeció a López Obrador por haberle protegido con efectivos del Ejército, después de una supuesta agresión en su rancho de Guanajuato.

El primer presidente panista escribió a través de su cuenta en Twitter: “Me parece que todas y todos. Todo México, debemos de participar en la marcha … Esto no puede seguir así. Nuestras familias, nuestros hijos están en alto riesgo.”

No tengo memoria de que un expresidente haya pedido la renuncia del presidente en funciones, acaso desde los tiempos de la Revolución. El síntoma no es jocoso, ni divertido, ni anecdótico. Fox se sumó a la demanda por defenestrar al jefe del Estado mexicano.

También Felipe Calderón Hinojosa convocó con entusiasmo a la manifestación. Este otro expresidente envió el siguiente mensaje: “Bien por los ciudadanos que participaron en las marchas hoy en todo el país.” Luego, aprovechando la ocasión, invitó a los participantes a afiliarse al nuevo partido que él y su esposa, Margarita Zavala, están organizando.

La irresponsabilidad se antoja mucha. Hay dos expresidentes mexicanos, antes enemistados, que ahora les une el mismo propósito: exigir la renuncia de López Obrador.

No sólo se están perdiendo las formas que la República tuvo para ahorrarle al pueblo la violencia política, sino que además —con una frivolidad oportunismo sin límite— se aprovecha la circunstancia para jalar agua hacia el pozo propio.

Ayer, durante esta marcha, a la que asistieron unas 3 mil personas en la Ciudad de México y, dicen los organizadores, alrededor de 15 mil en todo el país, predominaron, entre otras, las siguientes consignas: “Presidente, si viola la Constitución ¡Puede ser destituido!” “Obrador, ya pasaste a la historia como el peor traidor de México.” “Fuera AMLO.” “AMLO: tramposo, traidor, turbio, tirano.”

En principio la marcha debía ser en silencio, pero no lo fue. El grito de “México, México,” se mezcló con el de “Fuera, Fuera” dirigido al mandatario mexicano.

Según alguna manta la convocatoria fue de ciudadanos independientes. “Ajena a partidos políticos, asociaciones o grupos protagónicos.”

Nada más falso. La convocatoria la hizo, en primera instancia, una organización denominada “Alianza por México, Todos Somos Uno.”

Contrario a lo que se presume, este grupo solicitó el pasado mes de enero su registro como partido político nacional. Su líder más visible es Francisco Javier Chavarría Díaz, quien convocó antes a otras manifestaciones similares: la primera el 2 de diciembre del año pasado, la segunda el 27 de enero y la tercera el 10 de marzo de este año.

Las veces anteriores Chavarría dijo que estos eventos tenían como objetivo defender “a todos aquellos sectores que se han visto vulnerados por las malas decisiones tomadas en nuestro país.”

Muy probablemente la mayoría de los que participaron ayer no saben quién es Chavarría, ni han escuchado sus discursos subidos cada vez más frecuentemente a la red. De haberse informado, Chavarría los hubiera disuadido —por sus fórmulas ingenuas y sus lugares comunes— para gastar su domingo de otra manera.

Pero fue la voz de los ex presidentes Fox y Calderón, lo que en realidad hizo crecer la convocatoria. Nuestro país está cruzando fronteras peligrosas que a la postre pueden conducirnos a lugares que nadie desearía visitar.

ZOOM: En el otro extremo, todas las mañanas, Andrés Manuel López Obrador arremete contra muy diversas identidades que se sienten aludidas cada vez que se les estigmatiza con adjetivos como neoliberalconservador fifí. ¿Tiene de veras sentido continuar profundizando las heridas de esta manera?


 @ricardomraphael

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