Si usted suele levantar la vista al cielo, ver el horizonte o respirar profundo, seguramente se dará cuenta de algo que, incluso los teléfonos celulares han estado indicando en días pasados de forma reiterada: el aire potosino no es de buena calidad. Sobre todo por las mañanas y por las tardes, cuando la luz del sol se ve de forma distinta en la atmósfera, puede percibirse a simple vista una capa marrón oscura, densa, turbia y fea que cubre toda nuestra ciudad. De pequeña (ya desde pequeña) yo la conocía como “la nata”.

Así ha sido toda mi vida. La nata me ha acompañado, y de cierta forma arropado (asco) desde que tengo uso de razón. Como en el colegio en el que yo estudié sí me inculcaron el cuidado del medio ambiente, he estado al pendiente de ella, y de por qué nadie hace algo para que deje de existir. La nata ha estado junto a mí (sobre mí, alrededor de mí) siempre, como si fuera la consciencia ecológica que contantemente dice que algo (todo) estamos haciendo mal.

En nuestro país existe el Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire, dependiente de la Secretaría del Medio Ambiente y los Recursos Naturales, ellos, los que brillan por sus actuaciones. En su página de internet mencionan unos indicadores existentes que proporcionan información sobre

“Indicadores relacionados con las normas oficiales mexicanas de la calidad del aire (NOM)
Evaluación del cumplimiento de los límites de las NOM
Distribución de días buenos regulares y malos
Horas por arriba de los límites de una hora de las NOM
Estadísticas descriptivas, percentiles y comportamientos temporales
Información histórica validada horaria y de muestreos manuales de partículas y los datos base para el cálculo de los indicadores (máximos diarios, promedios móviles de 8 horas, promedios de 24 horas)”

Y detallan los contaminantes incluidos: “Partículas suspendidas PM10 y PM2.5, ozono (O3), dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2), monóxido de carbono (CO)”.

Existen varias Normas Oficiales Mexicanas que indican el tamaño de las partículas que puede haber en el aire, así como la presencia de plomo, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre. En el portal dice que “En nuestro país, la Secretaría de Salud es el órgano responsable de evaluar la evidencia de los impactos de la contaminación atmosférica en la salud y establecer los límites permisibles de concentración de los contaminantes en la atmósfera”.

A la hora de realizar la búsqueda de datos acerca de la calidad del aire en San Luis Potosí, se puede ver que existen datos sobre ciertos parámetros hasta… 2009. Quizá hace más de diez años la calidad del aire en nuestra ciudad no fuera tan mala como lo es ahora, pero claro, para comparar tendríamos que tener los datos actualizados.

De cualquier forma, es tan evidente que vamos a saltarnos ese paso. Según Green Peace “Solo en 2012, la contaminación del aire causó más de 6 millones de muertes prematuras en el mundo. En tanto, en México 9,300 muertes anuales están asociadas a la contaminación del aire según la OMS” (Greenpeace, 2018). En tiempo real, en la página https://aqicn.org/scale/es/ se puede medir la calidad del aire, y a la fecha, San Luis Potosí está en el límite de pasar de lo bueno a lo moderado. Pero en días anteriores estaba ya en el parámetro de peligroso para grupos sensibles y de riesgo.

Ninguna autoridad está haciendo nada al respecto, y la población tampoco está poniendo de su parte. En tiempos de pandemia, San Luis Potosí ha sido uno de los estados de la República que menos ha reducido su movilidad. Son necesarias medidas como el “Hoy no circula” o similares que fomenten la reducción del uso de los vehículos particulares, el uso de la bicicleta (que sí se está intentando) y se cumplan con las verificaciones sobre emisiones contaminantes.

Al parecer la nata será parte de nuestras vidas, y de las generaciones que apenas crecen y que tanta falta les hace un verdadero respiro de aire puro.

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