En el gabinete de Andrés Manuel López Obrador no todos los técnicos van a quedar relegados. Carlos Martínez Velázquez, un itamita de 33 años, tomará las riendas del Infonavit con la encomienda de devolverle el perfil técnico que alguna vez tuvo y quitarle el tufo político con el que se ha manejado en los últimos sexenios en los que mucho ha servido como plataforma (política) a sus titulares.

Martínez Velázquez fue designado por López Obrador para encabezar el Infonavit a propuesta de Román Meyer (34 años), el futuro secretario de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, dependencia que determinará la política de vivienda del próximo gobierno.

El diagnóstico es que la política de vivienda ejecutada en el sexenio de Enrique Peña Nieto, durante el cual el Infonavit fue dirigido por los políticos Alejandro Murat (2012-2015) y David Penchyna (2015-actual) –y también en el gobierno de Felipe Calderón–, fue fallida: a la fecha hay más de cinco millones de viviendas deshabitadas.

De 2010 a 2018, el gasto del Infonavit se duplicó “injustificadamente” al pasar de 11 mil 789 millones a 24 mil 298 millones de pesos, mientras que el otorgamiento de créditos se mantuvo estancado. En mayo pasado el instituto llegó a 10 millones.

En el mismo periodo, el índice de cartera vencida se duplicó en monto (actualmente está en un nivel de 7.7 por ciento), lo cual tuvo un efecto negativo en el rendimiento de la cartera del instituto, en perjuicio de los trabajadores.

Otro tema que la administración entrante ve como un desacierto es el incremento del otorgamiento de créditos a los segmentos de mayores ingresos –sobre los de menores ingresos– con tal de aumentar el número de financiamientos. Al cierre del año pasado, 52.8 por ciento los créditos otorgados fueron para segmentos que no son de interés social, frente a 36 por ciento de 2012.

Mención aparte está el pésimo gobierno corporativo que ha tenido el instituto, particularmente en la gestión de Alejandro Murat, actual gobernador de Oaxaca, durante la cual se tomaron decisiones erráticas de inversión en empresas como Abengoa. En total, la administración de Murat perdió más de dos mil millones de pesos de los trabajadores en apuestas fallidas.

Para intentar darle vuelta a este escenario, el próximo titular del Infonavit comenzará por reenfocar el otorgamiento del crédito a los trabajadores de más bajos ingresos y se propondrá una nueva delimitación de los polígonos de construcción para evitar los errores del pasado que terminaron hundiendo a las desarrolladoras de vivienda y crearon ciudades fantasma, deshabitadas, en el país.

En segundo lugar, se echará a andar un programa de vivienda en renta que permita a los trabajadores más jóvenes y con esquemas salariales más flexibles obtener una solución de vivienda.

La maximización de los recursos de los trabajadores que no ejerzan sus créditos es otra de las prioridades de la nueva administración, para lo cual se requiere un mejor gobierno corporativo y un comité de inversiones más profesional, de manera que los caprichos (e intereses) de sus directivos no intervengan en las decisiones.

Por otro lado, Martínez Velázquez asegura que la atención a los derechohabientes será de mucha mayor calidad: “Habrá menos trámites, más claridad y transparencia sobre los términos y condiciones de los servicios del instituto”.

Otro de los ejes principales será dotar al Infonavit de mayor transparencia y rendición de cuentas, así como mejorar sus prácticas en materia de prevención de corrupción, mayor eficiencia en compras y licitaciones públicas.

En suma, la transformación del Infonavit se basará en cinco principios: 1) Enfoque institucional en los derechohabientes que menos tienen; 2) Austeridad, productividad y control de costos; 3) Transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción; 4) Equilibrio financiero, mejores rendimientos al ahorro y un buen marco de gestión de inversiones, y 5) Atención ciudadana de calidad y calidez humana a lo largo de la carrera del trabajador.

Son enormes los retos que tiene de frente el nuevo titular del Infonavit, quien, contrario a lo que planea hacer el gobierno de Andrés Manuel López Obrador con la economía, le devolverá al instituto un toque técnico y le quitará lo político.

Paradojas de la cuarta transformación.

 

Posdata. Román Meyer (34), Carlos Martínez (33) y Jorge Mendoza (35), quien será el director de Banobras y más adelante de la Sociedad Hipotecaria Federal, serán la tríada más joven del próximo gabinete que mandará en la banca de desarrollo.

***Foto: Carlos Martínez Velázquez.

 

 

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