Hay muchas formas de querer engañar. Presentar un documento real con acusaciones falsas, es una de ellas.

Revolver lo auténtico con una mentira para darlo como verdad es una mezcla eficiente para quienes pretenden confundir, difamar, calumniar o malinformar. Es el caso del documento que dio origen al #LonganizaGate.

Ahí está la opulencia con víveres que no tiene ni Obama. Pero no los compró el actual gobierno, según sus propios dichos y los procedimientos y tiempos que lo confirman. Porque una cosa son las propuestas y otra, lo ejercido.

El senador del PAN Julen Rementería fue el primero en publicar los costos de la posible despensa lopezobradorista. Más pronto que tarde, los expresidentes panistas se sumaron al tren de la mercadotecnia contrincante y la descalificación, olvidando inclusive asuntos como el foxiano Toallagate. Se trata del Programa Anual de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público 2019 donde aparecen gastos como 335 mil pesotes solo para el embutido.

La Oficina de la Presidencia aclaró que ese presupuesto es del sexenio anterior. Son productos que no obtuvieron ellos.

Pero entonces, ¿si esto lo cotizó la administración de EPN, es también lo que se gastó en pura longaniza y más? ¿16 mil 789 pesos el kilo? ¿Y 3 mil 013 el kilo de jamón de pavo? ¿Y 3 mil 763 un kilo de polvo para gelatina? ¿Se lo comieron? ¿Elevaron precios para desviar recursos?

Y sobre la actual gestión: ¿Si no se hubiera hecho viral este dispendio de comestibles, los habrían pagado?

Por lo pronto, ya respondió López Obrador: “No nos comparen, eso calienta. Nos quieren medir con la misma vara… yo no como chorizos, se los digo con todo respeto… yo soy más de la butifarra de allá de Jalpa… y tampoco me gusta la moronga azul. No soy de la moronga azul, no nos confundan”.

Moraleja: 1.- No solo existen las noticias falsas o fake news, como las popularizó Trump. La desinformación se disfraza también de noticias fabricadas e imprecisas… más lo que a políticos y empresarios en permanente campaña se les ocurra.

2.- No toda la información de una noticia engañosa es desechable. Hay que distinguir la parte verificada.

La lista, por ejemplo, puede conducir a datos importantes sobre acciones que se tomaron en el pasado y ser un inhibidor de futuros intentos por mantener excesos o inflar cálculos para rellenar el cochinito.

3.- Se debe discernir, comenzando por AMLO, entre el golpeteo de oposición y los genuinos cuestionamientos de periodistas, académicos y sociedad en general acerca de los precios disparatados y lo que se hizo o se dejó de hacer con nuestros recursos.

4.- La Coordinación General de Administración, Dirección General de Recursos Materiales y Servicios Generales del régimen, que se dice transformador, no puede solo copiar y pegar lo que escribió el gobierno pasado, marcado por la corrupción. Nada más falta que Peña le haga el súper a López Obrador.

Razones y pasiones: Pues sí llegó Rosario Robles al Reclusorio Sur. Las dudas sobre si se presentaría o no se disiparon cuando bajó del auto y declaró ante los medios de comunicación: “Aquí estoy como lo prometí. Dando la cara como la he dado siempre”. Independientemente de lo que ocurra jurídicamente (la FGR imputó daño a la hacienda pública por más de 5 mil millones de pesos), su comparecencia marcó un antes y un después: es la primera persona del gabinete de Peña Nieto que se presenta ante las autoridades por el caso de la llamada Estafa Maestra. Son mínimo 11 dependencias. Y más exsecretarios los que tienen que dar la cara.

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