Justo el día que México se convirtió en el tercer país en el mundo con más personas muertas por el Covid-19, desplazando de la ignominiosa posición al Reino Unido con 46 mil mexicanos fallecidos, 9 gobernadores del país, que representan a casi una tercera parte de la República Mexicana, se unieron para pedir la renuncia inmediata del encargado nacional de la pandemia, Hugo López-Gatell, bajo la acusación de que el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud es responsable de una estrategia fallida que no sirvió para contener los contagios, aumentó el número de muertes e influyó en un derrumbe histórico de la economía nacional.

Los mandatarios estatales que en total gobiernan a 37 millones de mexicanos, el 30% de la población nacional, acusan al responsable nacional contra el coronavirus, de haber mentido y manipulado las cifras, de fallar repetidamente en sus proyecciones y de pretender delegar la responsabilidad de sus decisiones a los estados y municipios, agravando con todo eso la peor crisis sanitaria de la época contemporánea y generando las condiciones para que se convierta en una crisis humanitaria.

"Los gobernadores de 40 millones de mexicanos demandamos al Gobierno federal la salida inmediata de Hugo López-Gatell, y que se ponga al frente a un experto en la materia…No hay justificación válida para mantener una estrategia que no ha dado resultado y que ha costado la vida a decenas de miles de mexicanos… El vocero y responsable del manejo de la epidemia, Hugo López-Gatell, no ha dejado de mentir, de caer en contradicciones sobre las proyecciones y las estrategias…Hoy nuestro país atraviesa una de las peores crisis de su historia, resultado de un manejo errático de la epidemia y de la falta de respuestas eficaces para frenar una brutal caída económica… Hoy seremos el tercer país con más muertes en el mundo (...) cada hora mueren 27 personas por Covid, las cifras siguen empeorando y la emergencia de salud comienza a tomar la dimensión de una crisis humanitaria", señalan en una carta abierta a los mexicanos los gobernantes del PAN, PRI, PRD, Movimiento Ciudadano y un independiente.

La petición es directa al presidente López Obrador que, aunque no lo mencionan personalmente en la carta, fue quien designó a López-Gatell como el encargado de la estrategia contra la pandemia a nivel nacional y la firman los gobernadores Enrique Alfaro, de Jalisco; Jaime Rodríguez, de Nuevo León; Diego Sinhué, de Guanajuato; Francisco Javier García, de Tamaulipas; Silvano Aureoles, de Michoacán; José Rosas Aispuro, de Durango; Miguel Riquelme, de Coahuila; Martín Orozco, de Aguascalientes; e Ignacio Peralta, de Colima. Los 9 son integrantes de la autonombrada “Alianza Federalista” que se ha propuesto ser un contrapeso al gobierno federal en el tema de la pandemia, pero también con demandas de tipo fiscal y presupuestal. En la carta difundida ayer por la Alianza Federalista aparecía también como firmante el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, pero anoche en un tweet del Gobierno de Chihuahua, dijo que Corral "no fue consultado ni autorizó que apareciera su firma" en la carta.

EL PLEITO DE LA VÍSPERA

La carta de los gobernadores se hizo pública un día después del encontronazo que tuvieron el subsecretario López-Gatell con los mandatarios estatales de la Conago en la reunión virtual que tuvieron el jueves para el tema del Covid. El asunto del Semáforo Epidemiológico y una propuesta de la abogada de la Secretaría de Salud, Marisela Lecuona, para castigar a los gobernadores con “sanciones y responsabilidades administrativas y penales” si no respetaran las disposiciones de la Secretaría de Salud federal, provocó la furia de varios gobernadores que rechazaron que se les pretendiera castigar con un mecanismo que ni siquiera es claro en sus lineamientos y criterios con los que se maneja.

“Nos amenazaron con inhabilitarnos del servicio público o incluso meternos a la cárcel por el tema del Covid, cuando lo que nosotros hemos hecho es asumir decisiones y responsabilidades que no nos correspondían porque eran federales, pero que tuvimos que entrarle ante el desorden y el manejo caótico del gobierno federal para proteger a nuestra población”, dijo un gobernador del centro de la República sobre el ríspido encuentro del jueves.

Varios de los mandatarios que participaban en la reunión remota coordinada por la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, le reclamaron airadamente a López-Gatell que les quisiera trasladar a los estados responsabilidades que le corresponde a su encargo y a la Federación, cuando, dijeron, “nosotros hemos tenido que entrar a tomar decisiones y atender el problema porque ustedes nunca definieron lineamientos claros y obligatorios a nivel nacional para contener al Covid”.

La molestia se expresó por parte de gobernadores de todos los partidos. Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno de la CDMX, fue de las que más fuerte reaccionaron contra el documento que llevaban López-Gatell y la abogada de la SSA. “No se vale que nos amenacen y nos quieran trasladar responsabilidades que no son nuestras”, le dijo la gobernante morenista, mientras que el panista Carlos Joaquín, de Quintana Roo, le reviró al subsecretario y a su jurídica con una magistral explicación de las responsabilidades de la Federación y las de los estados, advirtiéndole que no aceptarían amagos ni intimidaciones.

Los reclamos y dimes y diretes entre el subsecretario y los gobernadores subieron tanto de tono, según cuentan un par de mandatarios que participaron, que la secretaria Sánchez Cordero tuvo que mediar para tranquilizar los ánimos y mediar para que se retirara la propuesta de la coordinación jurídica de la SSA que, basada en una interpretación de la Ley General de Salud, pretendía amagar a las entidades federativas y a sus Ejecutivos con sanciones. Los estados exigieron que les entregaran una explicación detallada de los lineamientos con los cuales se rige, no sólo en su Semáforo Epidemiológico, sino en general en el conteo de las cifras de contagios y muertes en las que varias entidades, incluidas aquellas donde gobierna Morena, han expresado su desconfianza y falta de credibilidad hacia el método estadístico con el que Gatell mide la pandemia.

“No nos pueden estar moviendo el semáforo bajo criterios que no nos explican ni nos dan información y exponernos a cierres o reaperturas que provocan afectaciones directas a los sectores económicos y sociales de nuestros estados; los reclamos de la gente son para nosotros y el malestar por las decisiones contradictorias que se toman desde la Secretaría de Salud nos pueden hacer perder autoridad entre la gente y que terminen por no atender las recomendaciones y medidas para tratar de controlar los contagios”, dijo un gobernador del sureste que pidió el anonimato.

Otros gobernadores le reclamaban a López-Gatell el seguir mandando mensajes erráticos y contradictorios a la población en el uso del cubrebocas, que un día recomienda y al otro desautoriza, además de que cuestionaron que el presidente López Obrador se niegue a utilizar la mascarilla con el argumento de que “no me la recomiendan ni el secretario ni el subsecretario de salud”. Le pidieron definir y autorizar ya una estrategia masiva de pruebas para tratar de controlar un nuevo brote de Covid, como el que advierte la Organización Mundial de la Salud que puede producirse en todo el mundo tras la reapertura de actividades.

La aceptación de López-Gatell de que les mandaría a todos los estados una explicación detallada de sus “lineamientos y criterios epidemiológicos” para mover los colores del Semáforo Nacional, terminaron por serenar la que, dicen las fuentes consultadas, fue el antecedente de la ruptura de ayer de 9 gobernadores, que prácticamente le declararon la guerra al subsecretario de Salud.

LA GUERRA POLÍTICA CONTRA LÓPEZ-GATELL

Y es que López-Gatell no sólo ha politizado el tema de la pandemia, sino que se ha metido a hacer política partidista en medio de la tragedia. Porque mientras se niega a reunirse con los 11 gobernadores del PAN que conforman el GOAN y los ha dejado plantados en dos ocasiones mientras explica que no dialoga con ellos “porque quieren un trato preferencial que no vamos a aceptar”, a los gobernadores de Morena los ha visitado personalmente en sus estados los últimos tres viernes del mes, ya sea para coordinarse con ellos como lo hizo el 17 de julio con Rutilio Escandón en Chiapas, o incluso para “limar asperezas” como lo hizo el 24 de julio con Adán Augusto, con quien hasta salió comiéndose un pejelagarto en Tabasco; mientras que ayer visitó a Miguel Barbosa en Puebla, que ha sido uno de sus más duros críticos.

Una fuente cercana a Palacio Nacional asegura que el presidente López Obrador “no quiere para nada a los gobernadores panistas” a los que se refiere en corto como “grillos y politiqueros” además de que tacha a varios de ellos de “corruptos”. Y es esa influencia del Presidente, dice la fuente, la que llevó a López-Gatell a cancelar ya en dos ocasiones las reuniones que le había pedido el Grupo de Gobernadores de Acción Nacional que agrupa a 10 gobernadores, dando prioridad al diálogo con los morenistas.

Y es que los desencuentros del subsecretario no han sido sólo con los mandatarios de oposición. Morenistas como Miguel Barbosa lo han cuestionado en varias ocasiones y han puesto en duda la efectividad de su estrategia. El gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, también ha expresado su desconfianza abierta hacia el manejo federal de la pandemia y el tabasqueño Adán Augusto López de plano fue grabado en un video cuando decía la frase textual: “Yo ya no puedo con López-Gatell”.

De hecho, ayer un gobernador que confirmó el rompimiento y las amenazas que les hicieron el jueves, aseguró que la carta le fue enviada a los 30 gobernadores, a la gobernadora de Sonora y a la Jefa de Gobierno de la capital y que, “aunque sólo 10 aceptamos firmarla, muchos dijeron que no podían hacerlo, incluidos los de Morena, pero que compartían la demanda por la renuncia de López-Gatell y por un cambio urgente en la estrategia federal contra la pandemia”.

Conociendo al presidente López Obrador, que ha defendido a capa y espada a su “científico” López Gatell —el mismo que le endulza el oído diciéndole que “él es una fuerza moral, no de contagio” o que le recomienda no utilizar el cubrebocas y que es incapaz de contradecirlo aunque su ética científica lo demandara— es muy probable que desestime la petición de renuncia de los gobernadores que representan al 30% de la República. Pero cada vez es más claro que el subsecretario, al que en las redes sociales sus críticos apodan “el Doctor Muerte”, es responsable de fallas y omisiones que le han costado la vida a 46 mil mexicanos y a muchos más que lamentablemente morirán en los próximos meses, es una losa pesada en la espalda del Presidente. Y entre más lo defienda y lo mantenga, más caro le costará a López Obrador y a la 4T.

sgarciasoto@hotmail.com

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