El Presidente dice que ya es un hecho la separación del poder económico del poder político. Que la élite empresarial que ha dominado y doblegado a los gobiernos anteriores ya no es tan poderosa en la era de la Cuarta Transformación.

“El gobierno actual representa a todos, a ricos y pobres”, remarcó ayer Andrés Manuel López Obrador en su informe a la nación tras nueve meses en el cargo.

Se refiere a los magnates que amasaron grandes fortunas, principalmente a partir de la era tecnócrata-neoliberal de Carlos Salinas de Gortari, cuando se privatizaron bancos, empresas mineras, de telecomunicaciones y más, lo que abrió paso a la nueva élite empresarial que catapultó a Carlos Slim, por ejemplo, a lo más alto de las listas de multimillonarios de Forbes.

Los dos hombres más ricos de México, después de Slim, también hicieron su fortuna a partir de la concesión de negocios mineros en el sexenio de Carlos Salinas: Alberto Baillères Germán Larrea, quienes junto con el dueño de Grupo Carso y América Móvil acumulan una fortuna personal de más de 95 mil millones de dólares, según los cálculos de Forbes.

¿Qué tiene que pasar en un país para que tres personas concentren tanto dinero? Un crecimiento desordenado, que a decir del Presidente no ha sido incluyente y sólo ha beneficiado a unos cuantos, a una “minoría rapaz”, como los llamó durante la campaña.

Cuando el Presidente habla de separar al poder político del económico se refiere al influyentismo que solían tener los empresarios para que se les otorgaran contratos o se les beneficiara con reformas o regulaciones, y se les perdonaran impuestos.

Ayer el Presidente, frente a algunos de los principales integrantes de ese poder económico, fue enfático: “Aprovecho este mensaje para exponer que, mediante decreto presidencial, se canceló la condonación de impuestos a grandes corporaciones empresariales y financieras”.

“Este ofensivo privilegio de la condonación de los impuestos significaba que grandes empresas y bancos no pagaran impuestos, pues los altos funcionarios de Hacienda, con el visto bueno del presidente, ejercían la facultad discrecional de condonar adeudos. Sólo en los dos últimos sexenios, 108 grandes contribuyentes se beneficiaron con condonaciones por 213 mil millones de pesos”, les soltó.

Asimismo, dijo que propuso al Congreso que la expedición y uso de facturas falsas para evadir impuestos se convierta en delito grave.

¿A quién de los empresarios presentes en el informe le quedó el saco? Son precisamente algunos de las empresas más grandes del país, representadas en Palacio Nacional por sus dueños, los integrantes del poder económico, las que aparecen en las listas de compañías a las que se les han condonado impuestos.

Por eso, los agradecimientos a Carlos Slim, a Antonio del Valle y a Carlos Salazar no sirven de mucho para tranquilizar a los empresarios.

“Los empresarios están cooperando con mayor compromiso social, invierten, crean empleos, aceptan utilidades razonables y pagan sus contribuciones”, dijo casi al final de su discurso, y luego reiteró que no tiene derecho a fallarle a los mexicanos.

Hubo en todo el mensaje del Presidente un tufo de triunfalismo, pero a Andrés Manuel López Obrador le faltó autocrítica sobre los grandes pendientes que tiene México, entre ellos un crecimiento económico que no sea mediocre, como él mismo ha criticado, y que sea incluyente, como lo propone el secretario de Hacienda Arturo Herrera.

¿Lo logrará? ¿Veremos a una nueva generación de empresarios, un nuevo poder económico? Cuando finalmente decida hacer una reforma fiscal —a mitad de su sexenio, es lo que ha dicho— ¿se irá directamente contra los grandes empresarios del país, para que de una vez por todas se nivele la distribución de la riqueza? ¿Hasta cuándo los empresarios soportarán un doble discurso y cambios de dirección en las políticas públicas con tal de que no les vaya mal, porque si México no crece tampoco sus empresas?

Son preguntas que se irán respondiendo con el tiempo. Mientras tanto, el poder económico seguirá plegado a lo que dicte el nuevo régimen que pretende la Cuarta Transformación.

Posdata. Este viernes el Presidente se reunirá, otra vez, con la plana mayor de los empresarios. Lo hará a propósito de un reconocimiento que entrega el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior que encabeza Valentín Diez Morodo, quien ayer fue de los invitados a Palacio Nacional a escuchar el informe del Presidente.

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