La noticia llegaba con pesar a la mayoría del país el lunes por la noche: la Jornada de la Sana Distancia y otras medidas sanitarias se prolongarán hasta el 30 de abril. Al lunes 30 de marzo, se contaban en México un total de mil noventa y cuatro casos positivos y veintiocho muertes, de los cuales, 25 se han dado en San Luis Potosí, donde se cuentan dos defunciones. Volvamos unos días atrás.

El 24 de marzo de 2020 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto en el cual se establecen las autoridades que deberán efectuar las acciones pertinentes ante la pandemia del coronavirus como una enfermedad grave en México, y que implica una emergencia sanitaria. Entre las cosas que incluye el texto, se considera lo siguientes: “Que en ese contexto, el 24 de marzo de 2020 se publicó el Diario Oficial de la Federación (DOF) el Acuerdo por el que se establecen las medidas que se deberán implementar para la vigilancia epidemiológica, prevención y control de los riesgos para la salud derivados de la enfermedad por el virus SARS-CoV2 (COVID-19), y

Que la autoridad sanitaria, en la determinación de las medidas aludidas en el considerando anterior, será ejecutiva y sus disposiciones serán obedecidas por todas las autoridades administrativas del país (…)”. Prestemos mucha atención al “todas las autoridades administrativas”. El texto se puede encontrar en esta :

El 27 de marzo, en el mismo DOF se publicaron los siguientes puntos:

“Que el desplazamiento cotidiano de los servidores públicos de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal a sus centros de trabajo (…) incrementa la probabilidad de exposición y transmisión del virus;

Que es imperativo asegurar el correcto cumplimiento de atribuciones, programas y objetivos institucionales, la prestación de bienes y servicios públicos esenciales para la ciudadanía, como son los de salud, protección civil, de defensa nacional y marina, seguridad nacional y pública, así como, demás bienes y servicios que sean esenciales o que por su naturaleza deban prestarse de manera presencial, por lo que las autoridades, deberán continuar con su operación cotidiana, con las precauciones que al efecto se consideren adecuadas”. El texto se puede consultar

Entre las medidas mencionadas el 30 de marzo se menciona la “exhortación” a la ciudadanía a mantener la sana distancia. Aquí hay un problema, porque cuando “exhortan” o “invitan” a los mexicanos a no salir de casa, lo que sucede es que, como todas las leyes en este país, lo ignoran. De esta forma, aunque restaurantes, cines, bancos, comercios, fondas, y demás establecimientos que dependen de los clientes para sobrevivir, cierren sus puertas, la gente sigue yendo de compras innecesarias a tiendas departamentales, por un helado, por un cafecito, a pasear por el centro histórico todos juntos en bola (mientras más vayamos y todos pagados, mejor).

El punto es que los mexicanos no están entendiendo la responsabilidad de no salir a la calle, contagiarse y contagiar a los demás. No vivimos en un universo paralelo donde eso solo pasa en Europa o en Estados Unidos. El virus está en México y si no nos cuidamos mutuamente, el sistema de salud va a colapsar (más) y mucha más gente va a morir por falta de atención. Pero también hay un factor muy importante, el de el ejemplo a seguir.

Hagamos una pausa para volver a las palabras (pues ellas nos permiten nombrar al mundo, específicamente la palabra “presidente”. El Diccionario de la Lengua Española define esta palabra así: “1. tr. Tener el primer puesto o lugar más importante o de más autoridad en una asamblea, corporación, junta, tribunal, acto, empresa, etc.”.

El señor Andrés López persiguió el puesto que hoy ocupa por más de 10 años, hasta que finalmente la mayoría (?) de los mexicanos lo eligió. Pero quizá ya se le haya olvidado la importancia de su papel (por el puesto, no por su persona) en la historia de México, su desarrollo social, económico, cultural, etc. Porque, siendo él la persona “más importantes o de más autoridad” debería ser el primero en acatar las medidas impuestas por su administración. Debería entender que un verdadero líder guía con el ejemplo, no rezongando y negándose a cumplir con lo que se le exige al resto de los mexicanos; que si bien, él preside el Poder Ejecutivo, lo único que hace es no ejecutar sus propios decretos. ¿Cómo espera, señor López, salvar a los mexicanos de la inminente pandemia, si usted sigue paseándose por el país, abrazando y besando gente, mientras muchos, a quienes sí nos importa la vida propia y ajena, nos quedamos en casa sin sueldo, sin seguridad, sin autoridad?

Google News