Aunque muchos pensaron que tras el manotazo del presidente Andrés Manuel López Obrador y la operación de su enviada, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, las cosas se iban finalmente a ordenar en Morena y sus dirigentes y grupos acatarían las “instrucciones” que les mandó el presidente para poner fin al enconado conflicto morenista, resulta que el ultimátum desde el Palacio Nacional sólo funcionó a medias.

Porque por un lado Yeidckol Polevnsky se negó a acatar completamente la orden presidencial y, aduciendo que “el presidente dijo que no se mete en los asuntos partidistas”, decidió buscar unilateralmente una prórroga de su mandato por los próximos 6 meses para mandar la realización de las encuestas para elegir al dirigente nacional hasta el próximo año y no este año como quería el presidente; y por el otro lado, aunque el grupo de Bertha Luján en apariencia aceptó la propuesta de AMLO para validar el método de las encuestas para elegir dirigentes, en el Congreso del próximo 30 de noviembre, se propondrá ahora que esas encuestas sólo se consulte a militantes acreditados y empadronados de Morena, con lo que se mantendría el “candado” y el sesgo de una elección cerrada en el partido y no abierta a toda la sociedad como lo proponía el presidente.

En el primer caso, la rebelión de Yeidckol la confirmó la propia Sheinbaum, quien en su reporte a Palacio Nacional, después de reunirse por separado con Yeidckol y con Luján —porque Polevnsky se negó a un encuentro conjunto con Luján— comentó que cuando ella transmitió el mensaje presidencial a las dos, para que cancelaran las dos convocatorias a Congresos diferentes y aceptaran el método de las encuestas para renovar la dirigencia nacional, la primera en aceptar fue Bertha Luján que no puso resistencia, mientras que Yeidckol comentó que estaba bien, pero que entonces el proceso para el levantamiento de encuestas debía prepararse con mayor tiempo y por lo tanto no podría realizarse este año.

“Pero eso no es lo que pide el presidente, sino que se lleven a cabo las encuestas de manera inmediata”, le dijo la mensajera de Palacio a Polevnsky; pero ésta replicó el comentario con cierto tono rebelde: “Pues el presidente dijo que él ya no se metía en los asuntos de Morena, y hay que hacer caso de lo que el presidente dijo, por lo tanto nosotros tenemos que tomar nuestras decisiones solos y yo voy a posponer el proceso hasta el próximo año”. Y así fue que Yeidckol aceptó el Congreso el 30 para definir el método de encuestas por la dirigencia nacional, pero al mismo tiempo anunció unilateralmente que pediría una prórroga de seis meses en su actual dirigencia hasta mediados del próximo año “para organizar la realización de las encuestas”. Es decir, se hará lo que el presidente quiere, pero no como el presidente quiera.

Por el otro lado, ahora al interior de Morena se habla de una “trampa” que empujaría el grupo de Bertha Luján en el Congreso del 30 de noviembre en el que buscarán sí validar en los estatutos el método de encuestas para elegir al dirigente nacional, pero con un “candado” que beneficia directamente al grupo que tiene el control de la estructura nacional morenista: que en la encuesta nacional para nombrar a un nuevo dirigente sólo puedan participar militantes activos y empadronados del partido Morena. Es decir, que en una encuesta cerrada a la militancia y en la que no participe la sociedad, la ventaja sigue siendo para quien controla el padrón y controla la estructura y no para el que tenga el mayor nivel de conocimiento, algo que claramente beneficia a Luján, presidenta del Consejo Nacional y afecta a Mario Delgado, quien tiene más fuerza afuera que adentro de Morena.

Así que, si el presidente López Obrador pensó que, con el envío de su muy cercana Claudia Sheinbaum, las cosas habían quedado claras y se acabarían los problemas, los pleitos y las confrontaciones tribales por el control de Morena, al parecer se equivocó. El “frankestein” en que se convirtió el partido oficial ha cobrado vida propia y ahora ya no escucha ni siquiera a su creador y fundador. Y por más que el líder moral y político quiera evitar el descontrol y el caos en el movimiento que fundó y que lo llevó al poder, al que ahora quiere ver civilizado e institucionalizado, todo apunta a que las ambiciones de poder ya hicieron presa de los grupos morenistas, que se le rebelan o hasta le quieren hacer trampas al que, dicen de palabra, es su “líder máximo”.

NOTAS INDISCRETAS…

A un mes exacto de la situación de caos, terror y vulnerabilidad que vivió Culiacán y Sinaloa, tras el operativo fallido para capturar y luego liberar a Ovidio Guzmán el pasado 17 de octubre, ayer el gobernador Quirino Ordaz rindió su Tercer Informe de Gobierno y en un mensaje claro y directo sobre esos hechos, dijo en su discurso ante un Palenque abarrotado de la Feria Ganadera estatal: “Hace unas semanas los sinaloenses vivimos una prueba muy dura y difícil que impactó la imagen de nuestra ciudad y nuestro estado en todo el mundo. Pero hoy los sinaloenses, que siempre nos hemos sobrepuesto y superado a las adversidades, estamos de pie y saliendo adelante. Ninguna adversidad nos va a tirar porque somos más fuertes que eso”. La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y cerca de 10 gobernadores que asistireron al informe, aplaudieron junto con el resto de los asistentes el llamado a la resiliencia de una capital y un estado que, 31 días después, insisten en cerrar el capítulo de aquel “jueves negro” y buscan cambiar la imagen de Culiacán y de Sinaloa por la de un estado productivo, innovador y exportador, “más allá de los estigmas con los que nos han juzgado”, dijo el gobernador Ordaz Coppel… Otra vez se tuvo que cancelar la sesión programada para hoy y posponer la aprobación del Presupuesto federal 2020. Anoche les avisaron a los integrantes de la Comisión de Presupuesto que su sesión para terminar de elaborar el dictamen presupuestal y aprobarlo se iba ahora hasta el viernes 22 de noviembre “en un lugar aún por definir”. Es decir que se sigue estirando el “tiempo y el reloj legislativo” porque no cuadran los números de apoyos al campo y las organizaciones sublevadas, Antorcha Campesina y la UNTA están molestas porque no les autorizan recursos para obras en varios municipios que ellos controlan, además de que también están enojados con el presidente López Obrador que los llamó “corruptos” y los acusó de pretender “moches”, en lo que ellos llaman un “ataque injusto e ilegal” desde el púlpito presidencial de las mañaneras…Los dados mandan Serpiente doble. Bajada.

 

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