Llevar una vida sana se ha vuelto el mantra, al menos el propósito, de muchos mexicanos desde hace unos años. Ser fitness está pasando de ser una moda a ser un estilo de vida que se busca mantener, y que es cada vez más comprendido entre la población.

Aunado a esto, se ha dado una explosión de gimnasios y centros deportivos atiborrados de gente dispuesta a tener su peso controlado o incluso alcanzar metas altas en cuanto al cuidado y mantenimiento de su físico.

Cada usuario, socio de estos lugares o asistentes a clases de Zumba, Crossfit, Spinning, entre otras muy afamadas disciplinas, asisten con ilusión y confianza en que realizarán un trabajo físico de provecho, y sobra decir que están poniendo su salud en las manos del maestro, instructor o coach que guía la clase o rutina.

Todas las buenas intenciones de los gimnasios y clubes, y de los mismos ciudadanos que van a entrenar, se ven mermados por la irresponsabilidad que existe al poner al frente del entrenamiento a personal no calificado para ello.

A pesar de que sí hay muchos centros deportivos que se preocupan por contratar licenciados en educación física o profesionistas que han tomado cursos certificados por las marcas que respaldan la diversidad de disciplinas, es lo más común que las clases sean impartidas por fulanita de tal que aprendió la técnica de su comadre y que como vio que “se le daba”, le pasó la batuta.

Esta tendencia de poner al frente a personas que no han sido capacitadas formalmente es más riesgoso e irresponsable de lo que parece. Son personas que no conocen a fondo el funcionamiento del equipo, las contraindicaciones, las excepciones por complicaciones médicas que alguien pudiera presentar, etc. Y, por otro lado, también desvirtúa y quita oportunidades de empleo a quienes sí han llevado una formación en el área y han invertido tiempo, dinero (porque las certificaciones oficiales no son baratas) y esfuerzo.

¿Cuál es la instancia gubernamental que debería estar al pendiente de esto? ¿Quién debería estar verificando que quienes acuden a centros deportivos no están corriendo riesgos para su salud e integridad? Es importante que este aspecto vaya formando parte de los criterios a tomar en cuenta a la hora de seleccionar dónde hacer ejercicio. Así como se pone mucho cuidado de la ropa, el calzado y el equipo; los entrenadores son los que guían a los demás, en quienes se pone la confianza durante esa sesión de entrenamiento. No debería pasarse por alto un punto tan importante.

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