En medio del proceso de ratificación del T-MEC, Graciela Márquez se lanzó a proponer una nueva política industrial para impulsar el mercado nacional, sin descuidar la apertura comercial que ha situado a México como una de las economías más abiertas y uno de los países con más acuerdos comerciales del mundo.

El decálogo de la nueva política industrial de la Secretaría de Economía, si bien apela al fortalecimiento de las cadenas productivas del país y a incrementar el contenido nacional de los bienes y servicios que se consumen domésticamente y los que se exportan, también se enfoca en “la apertura comercial para el desarrollo de la economía”.

El subsecretario de Industria y Comercio de Economía, Ernesto Acevedo, uno de los principales artífices de la nueva política industrial del gobierno federal, es crítico con las administraciones anteriores. “En el país se abandonó la política industrial desde hace más de 30 años, estamos haciendo su relanzamiento junto con los tres órdenes de gobierno, los estados y municipios, las empresas y la academia”, me dijo el viernes pasado.

Licenciado en Economía de la UNAM y maestro por El Colegio de México, Acevedo es de la nueva camada de funcionarios que buscan transformar la economía nacional sin morir en el intento; es decir, es más pragmático que radical. Paradójicamente, Carlos Urzúa, el exsecretario de Hacienda que luego se convirtió en un crítico del gobierno, es el maestro de todos: de Graciela Márquez, de Arturo Herrera y de Gabriel Yorio.

Aprovechar la apertura comercial para fortalecer los encadenamientos productivos que aumenten el contenido nacional es una de las prioridades de la Secretaría de Economía. La ratificación del T-MEC y la guerra comercial de Estados Unidos contra China permitirán que el país eleve sus exportaciones hacia la nación que gobierna Donald Trump.

“Diversificar la oferta exportadora de México es muy importante; tenemos que exportar más bienes y servicios a Estados Unidos, un mercado que aún es muy grande y que tenemos que aprovechar. ¿Cómo? Hay que ampliar gama de productos y servicios que se exportan a este país”, dice el subsecretario de Economía.

Acevedo asegura que México no dejará de ser una de las economías más abiertas del mundo y con más acuerdos y tratados comerciales, pese a la ola proteccionista de países latinoamericanos y del propio Estados Unidos, nuestro principal socio comercial.

“México es una economía muy abierta, sus exportaciones e importaciones superan 70% del PIB; por lo tanto, los visos de proteccionismo de economías como la estadounidense no van a contagiarnos. Nosotros no podemos entrar en esa dinámica”, dice tajante Acevedo.

Uno de los capítulos del T-MEC que mayor interés generó fue el de aumentar el contenido regional; es decir, que los bienes producidos en México, Estados Unidos y Canadá tengan un mayor componente de los tres países.

“La producción de bienes y servicios que se consumen tanto en el mercado nacional como los que se exportan deben tener más contenido nacional; estamos seguros de que la apertura comercial puede ser benéfica siempre y cuando hagamos un vínculo estrecho con cadenas de valor globales, para que incrementemos el contenido nacional”, explica el funcionario que es mano derecha de la titular de la Secretaría de Economía, Graciela Márquez.

El decálogo de la nueva política industrial del gobierno también busca promover una mayor competencia económica, con la cual se resuelvan los rezagos en materia de pobreza y se fortalezca el mercado interno.

Asimismo, busca impulsar la mejora regulatoria en los tres niveles de gobierno para reducir el costo regulatorio y facilitar su cumplimiento, algo que cualquier gobierno neoliberal impulsaría.

Y otro punto importante: Generar un entorno de negocios amigable que dé certidumbre y atraiga mayores flujos de inversión nacional y extranjera.

Estimular el crecimiento de las Pymes a través de las compras de gobierno, fomentar la digitalización del sector manufacturero, impulsar la industria 4.0, así como aumentar el financiamiento de la banca de desarrollo a proyectos industriales son otros de los puntos clave de la nueva política gubernamental.

Todos estos buenos deseos; sin embargo, no podrán cumplirse sin señales de confianza por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador.

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