En medio de la refriega por la innecesaria destrucción de la Policía Federal, se observan algunas señales de que no todo es desorden, improvisación y frivolidad en el gobierno.

El lunes pasado, en el marco del Consejo Nacional de Seguridad Pública, se presentó y se aprobó algo denominado como Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica (MNPJC), una propuesta bastante acabada para mejorar las policías estatales y municipales. En su contenido, se nota la mano de los activistas y consultores que desarrollaron el concepto, en particular la de Bernardo León, excomisionado municipal de seguridad en Morelia y arquitecto de la notable transformación de la policía de esa ciudad ()

Estas son, en apretado resumen, sus características esenciales:

1. El modelo parte de un diagnóstico demoledor: las policías municipales y estatales tienen un estado de fuerza notoriamente insuficiente, su financiamiento es inadecuado, sus competencias están mal definidas, sus capacidades están subutilizadas y se mide su desempeño con métricas inadecuadas.

2. Para transformar a esas instituciones inoperantes, se propone un modelo con cuatro componentes principales: medición, policía de calidad, sostenibilidad financiera y normatividad.

3. El tema de la medición es el aspecto más revolucionario de la propuesta. Se busca que las policías dejen de ser medidas por la incidencia reportada y empiecen a utilizar métricas tomadas de encuestas de victimización: por ejemplo, la cifra negra (el porcentaje de delitos no reportados), la confianza en la policía o la percepción de desempeño policial. Esto permitiría empujar a las policías a facilitar la denuncia, no a disuadirla, y a transformar su relación con la sociedad.

4. En el capítulo de policía de calidad, se busca en primerísimo lugar cerrar el déficit de policías. Según los autores de la propuesta, se requieren no menos de 130 mil policías adicionales a nivel estatal y municipal para empezar a tener un estado de fuerza razonable. Con ello, sería posible dar a los policías condiciones de trabajo razonables, con turnos no mayores de 10 a 12 horas. Asimismo, se propone tener un sistema de carrera policial basado en el desempeño y no en la jerarquía. Asimismo, se propone establecer un salario policial homologado para todas las policías del país.

5. Para financiar lo anterior, el MNPJC hace dos propuestas interesantes. En primer lugar, se busca que el porcentaje de recursos dedicados a la seguridad pública de un fondo de aportaciones conocido como Fortamun pase de 20 a 50%. Eso implicaría este año 26 mil millones de pesos adicionales para las policías del país. Por otra parte, se propone establecer un “Derecho de Policía”, basado en el impuesto predial.

6. Por otra parte, se proponen cambios normativos importantes para a) forzar a las policías a recibir denuncias y atender a las víctimas del delito, b) dotar a las policías estatales y municipales de facultades de investigación, c) clarificar las competencias de las policías estatales y municipales, y d) facilitar el uso de la justicia cívica y la justicia restaurativa.

Todo esto suena muy bien, pero sigue a nivel de propuesta. Ya fue aprobado por el CNSP, pero el porcentaje de cumplimiento de los acuerdos de ese órgano colectivo es bajísimo. Además, me temo que la Guardia Nacional va a actuar de contraincentivo a la adopción del modelo: es más fácil para alcaldes y gobernadores mandar traer a los guardias nacionales que entrarle al largo proceso de la reforma policial.

No obstante, hay aquí una hoja de ruta que puede normar las discusiones sobre la transformación de las policías. Eso ya es un mérito considerable.

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@ahope71

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