Los efectos del calentamiento global son más rápidos y graves de lo que se había estimado. El último informe de la ONU destaca el aumento de las temperaturas de los océanos y el deshielo de los polos. Se requieren medidas urgentes. Lamentablemente, muchos de los países más contaminantes se resisten a actuar y vulneran incluso los acuerdos ya alcanzados.

Buscar aliados para combatir el cambio climático es importante. Hay cultivos que, por la cantidad de bióxido de carbono que capturan, pueden ser muy útiles en este combate. El presidente de la Asociación Nacional de la Industria del Cannabis, Guillermo Nieto, me habló en entrevista sobre las ventajas de la siembra del cáñamo a favor del medio ambiente: “Esta planta nos puede ayudar no solo a limpiar la contaminación del aire, del suelo y de los mares. En una hectárea sembrada durante un ciclo de cien días, se pueden limpiar del aire hasta 20 toneladas de dióxido de carbono. La siembra del cáñamo toma ese elemento contaminante del aire y lo transforma en sus fibras, que aprovechamos para producir plásticos y para producir papel.” Es destacable la velocidad con la que pueden biodegradarse los materiales producidos a partir de esta planta. A una botella de este tipo de plástico le toma aproximadamente 80 días.

Según datos de la misma Asociación Nacional de la Industria del Cannabis, su cultivo es altamente rentable, pues una hectárea de esta fibra genera la misma cantidad de pulpa para producir papel que cuatro hectáreas de árboles. El cáñamo puede usarse también como combustible. Con esta fibra se produce un biodiesel con emisiones muy bajas de azufre, por lo que sus ventajas están también presentes en la industria automotriz. Pero hay más: las semillas del cáñamo son un alimento muy nutritivo, pues tienen un alto contenido de fibra y seis veces más omega tres que el atún. Es también una valiosa fuente de proteínas.

Actualmente, el cáñamo se cultiva a nivel industrial en decenas de países. Su producción fue prohibida en Estados Unidos bajo la Ley de Tasación de la marihuana de 1937. Con una nueva ley agrícola, el gobierno de EU lo permitió de nuevo en 2018. Y es que, si bien ambos forman parte de la familia del cannabis, el cáñamo se diferencia de la marihuana en su composición molecular. El primero tiene una concentración menor al 0.3% de THC, el sicoactivo que hace que la marihuana sea considerada una droga.

En México, la senadora Cora Cecilia Pinedo Alonso del PT, presentó el año pasado una iniciativa que “además de proponer un esquema regulatorio para el uso medicinal y recreativo de cannabis, tiene el objetivo central de diferenciar las propiedades psicoactivas de las no psicoactivas de la planta, que se le denomina cáñamo industrial y no es considerado estupefaciente.”

Nuestro país es un gran productor de marihuana a nivel mundial, pero hay miles de campesinos que corren riesgos permanentes por la falta de regulación. El senador por Morena, Ricardo Monreal, ha reconocido que el cannabis es uno de los pendientes para el próximo periodo legislativo, que iniciará el 1º de febrero de 2020. Estaremos muy atentos a esa discusión.

HUERFANITO

Cada vez son más los damnificados por alteraciones extremas del clima. Quienes viven en pobreza son los más afectados. Su situación puede pasar de vulnerable a insostenible. Los gobiernos deben tomar decisiones conscientes de esta urgencia, independientemente de cálculos políticos o de posibles afectaciones a su popularidad.

@PaolaRojas

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